“Hay un contrabalance importante: un avance en derechos personales, humanos y sociales y la debilidad que puede implicar mantenerlos cuando se aplican las reglas con un grado muy grande de discrecionalidad”, así definió la profesora de Ciencias políticas en la Universidad de Columbia, Victoria Murillo, la última década de gobierno kirchnerista.

“Se cambiaron muchas políticas creadas por ellos mismos”, reconoció la analista.

“La capacidad de Argentina de cambiar las cosas es muy fuerte”, agregó.

“En el terreno sindical hay más continuidad, hay un actor allí que defiende la cosa pública y trasciende a cada gobierno”, señaló Murillo.

“El problema de la sucesión presidencial, en un país tan personalista, aún no se ha resuelto en Argentina”, remarcó.