La nube de plaguicida y las nutridas precipitaciones pluviales pusieron en alarma a la Capital. Cayeron 155 milímetros en una hora y se hicieron sentir en los barrios que suelen ser los más castigados, como Palermo y Belgrano.

Hubo calles anegadas, peatones que cruzaban con el agua por la cintura y automóviles que marchaban a paso de hombre, mientras que otros quedaron varados o incluso fueron arrastrados por la correntada. Villa Crespo, Villa Urquiza y Chacarita también fueron castigados por el agua.

Los comerciantes de los barrios afectados debieron tapiar las entradas a sus locales.

Todas las líneas de subtes se vieron interrumpidas por inundaciones en algunas estaciones. También se vieron afectados los servicios de los ferrocarriles Mitre y Sarmiento. Además, hubo apagones de semáforos por falta de tensión, mientras que, por prevención, pidieron a Edenor que corte la energía en las zonas donde las calles se inundaron.

También se inundaron algunas zonas del Conurbano bonaerense, como Avellaneda, Temperley, Lomas de Zamora y Lanús.

En tanto, la nube, que en principio se creyó tóxica generó pánico en el centro porteño. Los trenes del Mitre no pudieron salir durante varias horas porque la estación fue evacuada y otro tanto ocurrió con la línea B del subte. Los bomberos también evacuaron edificios y proveyeron de barbijos a los transeúntes con irritación en sus vías respiratorias.

La nube se formó a raíz del incendio en un contenedor ubicado en el Puerto de Buenos Aires. Las llamas provocaron la emanación de una gran cantidad de vapor que, al dispersarse, generó un fuerte olor, aunque el secretario de Seguridad, Sergio Berni, aseguró que correspondió a un pesticida a base de carbonato sólido. “Las dosis de contacto fueron bajas y no hubo en el aire ni arsénico, ni mercurio, ni plomo”, consignó.

Por Continental, en tanto, el ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, reveló que se estudia “una posible sanción a Edesur y Edenor por las falencias en sus prestaciones. Se están verificando las actuaciones de ambas empresas”, puntualizó.

Sobre la nube tóxica, informó que “la codificación del producto habilitaba el uso de agua para su tratamiento”, aunque añadió que “se esperan las pericias adecuadas para determinar las responsabilidades del hecho”.

En Magdalena Tempranísimo, responsabilizó a “los vecinos que sacaron la basura” por el grave anegamiento de calles. “Una vez que se destaparon los sumideros, el agua escurrió de manera sorprendentemente rápida”, destacó.