El jefe del Gobierno porteño, Mauricio Macri, salió al cruce de las declaraciones del cardenal Jorge Bergoglio quien había apuntado contra su administración, refiriéndose a la trata de personas, al decir: "Buenos Aires es una ciudad coimera" .

Macri defendió a su gobierno al que, según él, no se le ha hecho "ninguna crítica por corrupción, porque no la tiene". Además advirtió que Bergoglio nunca hizo una imputación a su gestión cuando advirtió sobre las mujeres sometidas a la prostitución y la explotación de inmigrantes en talleres clandestinos.

"Volvamos a tener todos un compromiso con la ética, que por suerte el gobierno de la Ciudad lo ha tenido", declaró el jefe porteño.  En la entrevista puntualizó que la ministra de Desarrollo Social porteña y vicejefa electa, María Eugenia Vidal, "ha sido la primera en tomar en serio" el flagelo de la trata de personas.