Tras los procedimientos realizados hoy en la estancia Alquinta, en un galpón de la calle Guer Aike 50 y en la casa donde se denunció la existencia de la bóveda, el empresario Lázaro Báez expresó su malestar y calificó a estos allanamientos como un "espectáculo innecesario".

Báez reiteró su "predisposición" a "colaborar" con la Justicia y criticó la forma en que fueron llevados a cabo los allanamientos ordenados por el juez Sebastián Casanello en el marco de la causa que investiga lavado de dinero.

El empresario kirchnerista manifestó además su "predisposición de manera pública y en los escritos judiciales a colaborar en todo lo que se le solicite", pero consideró "un espectáculo innecesario la rotura del portón de entrada de su propiedad ya que solo era necesario pedir la llave a la empresa para abrir el mismo".

Los allanamientos fueron solicitados al juez por el fiscal Guillermo Marijuán la semana pasada en un extenso dictamen en el que estableció más de 60 medidas de prueba para avanzar con la investigación.

Los primeros procedimientos se realizaron esta mañana en la estancia Alquinta donde, siempre según el testimonio de Sergio Triviño, el empleado de Báez que fotografió el desmantelamiento de la bóveda, se llevaron los documentos que estaban en la casa. Y también en un galpón de la calle Guer Aike 50 señalado en la investigación.

Entre las propiedades de Báez cuyo allanamiento se ordenó, se encuentra la casa donde –según se denunció– el empresario tenía una bóveda que fue desmantelada y transformada en bodega horas después del primer programa de Periodismo Para Todos en el que se reveló un entramado de lavado de dinero. Se la conoce como Chacra 39.

Foto: OPI Santa Cruz.