Un estudio realizado por el equipo de la Dra. Amy Orben en la Universidad de Cambridge reveló que casi la mitad de los adolescentes británicos encuestados reportaron sentirse adictos a las redes sociales. Este hallazgo se suma a una creciente preocupación sobre el impacto de las plataformas digitales en la salud mental de los usuarios, lo que ha llevado a demandas y reformas regulatorias en diversos países.

El estudio, basado en datos del estudio Millennium Cohort que sigue a cerca de 19.000 personas nacidas entre 2000 y 2002 en el Reino Unido e Irlanda del Norte, reveló que el 48% de los encuestados afirmaron sentirse adictos a las redes sociales. Se observó que una mayor proporción de niñas (57%) estuvo de acuerdo con esta afirmación en comparación con los niños (37%).

Es importante destacar que la percepción de adicción a las redes sociales no necesariamente indica una adicción clínica, pero sí sugiere una relación problemática con el uso de estas plataformas. Los expertos advierten que esta percepción de falta de control sobre el comportamiento en línea puede tener consecuencias negativas para la salud mental y el bienestar de los jóvenes.

El Dr. Michael Rich, director del Laboratorio de Bienestar Digital del hospital infantil de Boston, señaló que una parte significativa de los jóvenes luchan con el "uso problemático de los medios interactivos", el cual puede estar vinculado a trastornos subyacentes como TDAH, ansiedad o depresión.

Por otro lado, el Dr. Andrés Román-Urrestarazu, psiquiatra de la Universidad de Cambridge, destacó la necesidad de políticas regulatorias que vayan más allá de las soluciones clínicas individuales, apuntando a la falta de regulación en la interacción de las redes sociales y las grandes empresas tecnológicas con los usuarios.

En este contexto, es crucial profundizar la comprensión de los diversos factores que influyen en el uso problemático de las redes sociales, así como desarrollar intervenciones apropiadas para abordar estos desafíos. La transparencia algorítmica y la regulación de las plataformas digitales podrían ser pasos importantes para abordar esta problemática y proteger la salud mental de los usuarios, en especial de los jóvenes.