Durante la mañana de este miércoles comenzó la etapas de los alegatos en el juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa. El primer turno fue para los fiscales, que realizaron una presentación de más de cuatro horas y solicitaron prisión perpetua para los ocho imputados por homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas.

Antes de que comenzaran a realizar su alegato los fiscales, surgió un dato llamativo, que si bien no tiene vínculo con la causa sí tiene relación con las repercusiones posteriores. Se confirmó que el domingo pasado, personal del Servicio Penitenciario, le secuestró a dos de los rugbiers, Enzo Comelli y Blas Cinalli, dos teléfonos celulares, que se habrían utilizado, entre otras cosas, para realizar publicaciones en redes sociales en apoyo a ellos mismos.

Ambos fiscales, García y Dávila, realizaron una reconstrucción de los hechos acompañados por testimonios en video que aprovecharon para resaltar la participación de cada uno de los imputados en el hecho. Hugo Tomei, el abogado defensor de los acusados manifestó su malestar con la situación, ya que consideró que esos videos debieron haberse presentado en etapa de pruebas y no ahora, aunque García respondió que se trata de los mismos videos ya presentados.

Por otro lado, no hicieron diferencia en la pena solicitada para los agresores, e incluso hicieron hincapié en la situación de Ayrton Viollaz, quien en algún momento trató de despegarse del resto de los acusados. “Tuvo el codominio del hecho, esto es, la posibilidad de emprender, proseguir y detener el curso causal del delito”, aseguraron.

Finalmente pidieron para los ocho la prisión perpetua por haber cometido un homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas. Además, solicitaron se investigue a Juan Pedro Guarino y Tomás Colazo por falso testimonio. “Quedaron inmutados, no se acordaron de nada... No tengo dudas de que por una omisión, mintieron, por lo que se va a solicitar que se forme causa por separado”, concluyó Dávila.

El juicio entró en un cuarto intermedio, hasta que alrededor de las 15 comience el turno de los alegatos de los particulares damnificados, es decir, la familia de Fernando Báez Sosa, representados por Fernando Burlando.