Representantes del sector inmobiliario afirman que "la pesificación que impulsa el Gobierno ya llegó a la economía real".

Desde el repunte en la venta de materiales para la construcción hasta el aumento en la demanda de bienes refugio, como los autos, pasando por las compras anticipadas de viajes al exterior y la parálisis en la venta de propiedades usadas, los efectos del cepo del mercado cambiario ya trascienden las fronteras de la City porteña y se empiezan a sentir en la vida cotidiana de los argentinos, incluyendo a los millones que nunca ahorraron o compraron dólares, aseguró por Continental Néstor Walenten, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina.

En el caso de la construcción y el mercado inmobiliario, se puede hablar de un impacto que no es lineal ni parejo para todos los jugadores del sector. Las escrituras en los primeros cuatro meses del año en la Capital Federal acumulan una caída superior al 25%, y en el mercado estiman que la baja se profundizará en mayo, con lo cual las grandes inmobiliarias ya adelantaron que las suspensiones y los despidos de personal son inminentes .

Las perspectivas son aun peores en materia de obras nuevas, ya que los permisos de edificación en abril -el último dato disponible- registraron una inédita caída del 50,7%, lo que permite anticipar que en pocos meses se empezarán a ver menos obras nuevas en la ciudad (de Buenos Aires), con el consiguiente impacto en los niveles de empleo en la industria de la construcción.

La contrapartida de este muy mal momento para las inmobiliarias es la demanda de algunos rubros de materiales para la construcción, para los cuales la crisis no llegó. Hoy hay dos mercados completamente diferentes. Los proyectos que ya se iniciaron se están terminando, incluso a un ritmo mayor, pero a la vez hay pocas obras comenzando de cero.

Este doble estándar se ve reflejado en los diferentes niveles de evolución de la demanda de los materiales para la construcción. Los insumos de inicio de obra, como el granel de cemento y el acero, acumulan en los primeros cinco meses de 2012 bajas superiores al 9%, mientras que los insumos que se utilizan cuando el proyecto sale del pozo, como, por ejemplo, los ladrillos, están 10% por encima de 2011.

"La falta de alternativas de ahorro también se ve reflejada favorablemente en las obras de ampliación y remodelación", admitió Walenten.