Hugo Moyano y Rubén Sobrero mantuvieron un encuentro ayer por la tarde en la sede de la CGT Azopardo, en la que conversaron sobre los reclamos que comparten hacia el Gobierno, y que con seguridad enarbolarán en conjunto cuando se concrete la marcha anunciada para las próximas semanas.

En una breve conferencia de prensa tras la reunión, el delegado ferroviario indicó que estuvieron de acuerdo en exigir una elevación del piso salarial para pagar el Impuesto a las Ganancias y un aumento de las asignaciones que perciben las familias de los trabajadores.

Sobrero confirmó que es voluntad de los trabajadores ferroviarios participar de la movilización a la que llamó el moyanismo (y que también contará con la participación de la CTA que conduce Pablo Micheli), aunque advirtió que esa decisión deberá ser ratificada en asambleas.

Moyano, por su parte, negó que la CGT esté detrás de la convocatoria para las protestas previstas para el jueves, denominada como 8N. Criticó a algunos “estúpidos e imbéciles que quiere responsabilizar” a ese sector. “Algún tonto o alguna tonta ha mandado a escribir esos carteles, de lo que no tenemos nada que ver”, afirmó en relación a los mensajes en ese sentido que se pudieron ver este miércoles en la ciudad de Buenos Aires.

Por otra parte, confirmó que denunció penalmente al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, por haber reconocido a la lista de Antonio Caló en septiembre.

Con su visita, Sobrero se mete de lleno en la disputa que divide al movimiento obrero entre la CGT de Moyano, y la llamada Alsina, que presidente Antonio Caló. Sucede que el delegado del Sarmiento forma parte de la Unión Ferroviaria (aunque representa a una lista opositora al liderazgo que mantiene José Pedraza), hasta ahora alineada con el metalúrgico.