Horacio Rosatti es una rara avis. Viene de la política, es definidamente justicialista, fue ministro de Justicia de Néstor Kirchner y renunció en medio de un disgusto por no acatar ciertos mandatos presidenciales, según se dijo en aquellos tiempos.

Luego, fue designado ministro de la Corte Suprema de Justicia por Mauricio Macri, y fue, junto a Carlos Rosenkrantz, nombrado mediante un DNU que estuvo sometido a todo tipo de debates sobre su legalidad, hasta que el Congreso le dio el aval constitucional.

Pero se llevó mal con Macri, de hecho, apoyó con su voto diversos fallos que molestaron mucho al ex presidente, a diferencia de su colega Rosenkrantz.

Ahora, es elegido para presidir el Alto Tribunal en un gobierno kirchnerista, con apoyo del propio Rosenkrantz quien será su vicepresidente y de Juan Carlos Maqueda, peronista, ex senador, pero de la vertiente cordobesa, antes muy cercano a José Manuel De la Sota y ahora a Juan Schiaretti.

Por tres años presidirá el cuerpo, posponiendo las ambiciones de su eterno contendiente interno, Ricardo Lorenzetti, que no pudo recuperar esa presidencia que tanto ansiaba.