El gobernador de la provincia de Río Negro, Carlos Soria, murió esta madrugada como consecuencia del impacto de un disparo de arma de fuego en el rostro, según confirmaron fuentes oficiales.

El hecho ocurrió alrededor de las 4.47 en la residencia privada del mandatario, una chacra en las afueras de la ciudad de General Roca, de la que fue intendente hasta el 9 de diciembre último.

En Viedma, el ministro de Gobierno, Edgardo Bagli, se instaló en su despacho de la sede gubernamental, donde a poco de conocerse la imprevista y trágica noticia comenzaron a llegar funcionarios y colaboradores.

Carlos Soria tenía 61 años y el 10 de diciembre pasado se había convertido en el primer gobernador justicialista de Río Negro desde la recuperación de la democracia en el país. Quien lo sucede en el cargo, Weretilneck, proviene del radicalismo K y pasó antes por el Frente Grande.

El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, sostuvo que Carlos Soria “era un gran militante peronista”, y lo calificó “como un luchador de la política”. El mandatario se mostró “muy acongojado”, y subrayó que no conoce “los detalles de lo sucedido”.

Para el diputado nacional del Frente para la Victoria por Río Negro, Oscar Albrieu, “el Gringo Soria fue un hombre apasionado por la política”. Y precisó que “la Justicia sigue investigando cómo se produjo su muerte”.