Este miércoles, la sede de la AMIA en el barrio porteño de Balvanera recibió una amenaza de bomba, lo que desencadenó la intervención de la policía. Tras una exhaustiva verificación, se determinó que se trataba de una falsa advertencia, permitiendo así que las actividades en el lugar pudieran reanudarse con normalidad.

Las autoridades de la AMIA confirmaron que la amenaza se recibió a través de una llamada telefónica en una de las oficinas administrativas de la mutual judía. Ante esta situación, la Policía Federal Argentina intervino en el caso, y oficiales de la Policía de la Ciudad permanecen en el sector externo del edificio, que fue reconstruido luego del atentado ocurrido en 1994.

Además, en horas de la madrugada, la entidad recibió dos correos electrónicos con mensajes amenazantes. Ante esto, el titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Número 11, a cargo del Ariel Lijo, dispuso iniciar actuaciones por intimidación pública, realizar un relevamiento de metadatos correspondientes a los correos electrónicos recibidos y activar el protocolo por amenaza de bomba. También se solicitó la cooperación con el Departamento Técnico del Cibercrimen de la Policía Federal para ejecutar un relevamiento en el lugar donde se recibieron las amenazas.