Terminó en escándalo la exposición del representante de la Asociación Familiares de Víctimas de Atentado a la AMIA –y víctima de espionaje-, Sergio Burstein, en la reunión de la Comisión Investigadora en la Legislatura.

La sesión pasó a un cuarto intermedio tras el escándalo entre asesores, personal de seguridad y periodistas, que denunciaron haber sido agredidos por gente del Pro, aunque desde el macrismo ponen en duda esa versión.

Burstein respondía por más de tres horas las consultas de los diputados y, en varias oportunidades, mantuvo cruces con los legisladores afines al jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, quienes reiteraban preguntas sobre la vida personal del testigo.

En ese contexto candente, el titular de la CIE, Martín Hourest, fue quien pidió el cuarto intermedio.

Pero luego se elevó el tono de la discusión con golpes y empujones entre los presentes.

“Esto es para estar preocupados; evidentemente se debían algunas aclaraciones los legisladores entre sí”, advirtió Burstein.

En ese sentido destacó el “respeto” de Cristian Ritondo, del Pro, y fustigó al diputado Deandreis durante el interrogatorio. “Siempre estaba esa mirada con sorna, esa sonrisa sobradora”.

Hoy “estuvo la esposa de Hugo Breigman, los tres de mi familia declaramos, también lo hizo el rector de la Universidad de La Matanza, Daniel Martínez, pero no pudo ingresar por los incidentes”.

Durante su testimonio, Burstein además volvió a dejar constancia de que fue ayudado por un funcionario del gobierno nacional a realizar la denuncia por espionaje. “Hice exactamente lo que aprendí del ‘Fino’ Palacios; le pedí ayuda al Dr. Menna, a cargo de la división de AMIA y querellante en la causa”.

“Yo no me opuse a responder pero estaba cansado de responder cuestiones de mi vida privada que no hacían a la causa. Yo tenía un local de compra y venta de cosas usadas pero por temor lo cerré”, precisó.