"Estos compuestos siempre han existido, solo que no los conocíamos", afirma el químico Henrik Grum Kjærgaard, de la Universidad de Copenhague (Dinamarca). "Pero el hecho de que ahora tengamos pruebas de que los compuestos se forman y viven durante cierto tiempo significa que es posible estudiar su efecto y responder si resultan ser peligrosos", subrayó.

Como los hidrotrióxidos son muy reactivos, los científicos han especulado sobre si pueden formar estructuras estables en la atmósfera. El interés no era exclusivamente académico, ya que gran parte del funcionamiento de nuestra atmósfera, incluido su efecto sobre la salud humana, depende de cómo interactúan las trazas de materiales en ella.

"La mayor parte de la actividad humana conlleva la emisión de sustancias químicas a la atmósfera. Por eso, conocer las reacciones que determinan la química atmosférica es importante para poder predecir cómo afectarán nuestras acciones a la atmósfera en el futuro", afirma Kristan H. Møller, también químico de la Universidad de Copenhague.

Las investigaciones del equipo proporcionan ahora las primeras observaciones directas de la formación de hidrotrióxido en condiciones atmosféricas a partir de varias sustancias que se sabe que están presentes en nuestro aire. Los químicos estudiaron la forma en que probablemente se sintetiza el compuesto, el tiempo que permanece y cómo se degrada.

Por ejemplo, el isopreno puede reaccionar en la atmósfera para generar unos 10 millones de toneladas métricas de hidrotrióxido cada año. Según los cálculos del equipo, casi cualquier compuesto podría, en teoría, desempeñar un papel en la formación atmosférica de hidrotrióxidos, que permanecen intactos entre unos minutos y unas horas.

En ese tiempo, los hidrotrióxidos pueden participar en una serie de otras reacciones como potente oxidante.