La empresa Epicenter ha desarrollado microchips que se implantan bajo la piel para sustituir el pase sanitario que se exige para ingresar a restaurantes, bares y eventos masivos. Tiene el tamaño de un grano de arroz y puede ser extraído si el usuario quiere.

Tiene por objetivo que los ciudadanos lleven siempre consigo los permisos para acceder a los diferentes lugares, dado que se implanta en la mano o bajo el brazo y se actualiza con las diversas dosis de refuerzo que se puedan aplicar.

Ante la preocupación de muchos ciudadanos, los expertos aclararon que no lleva baterías, no emite señal alguna por sí sólo y mucho menos sirve para localizar a una persona. Simplemente se activan en contacto con un teléfono inteligente y arroja los datos vinculados a la vacunación.

En Suecia, es común que los ciudadanos lleven implantados este tipo de dispositivos bajo la piel para suplir elementos que tendrían que llevar consigo en la vida diaria. En muchos casos, estos chips sustituyen llaves, documentos y hasta tickets mensuales o anuales de medios de transporte.

De todas maneras, hay quienes se resisten a su implementación porque aseguran que alimentan falsos mitos en relación al Coronavirus. Una de las teorías conspirativas que lamentablemente ha generado más adeptos aseguraba justamente que el objetivo de la propagación de esta enfermedad era implantar chips para controlar a la gente.