Inicialmente sospecharon que la mancha de color hierro (apodada Mordor Macula) era metano capturado de la superficie de Plutón, que bajo los efectos de la luz ultravioleta del Sol se hizo rojo. Se trataba de una idea muy atractiva, pero había que probarla.

Ahora, una combinación de modelos y experimentos de laboratorio ha descubierto que estas primeras suposiciones no estaban lejos de la realidad, pero hubo unos ligeros matices. La reciente investigación añade nuevos y sorprendentes detalles a nuestra comprensión de los estrechos lazos entre Plutón y Caronte, sugiriendo que hay más en la coloración de la luna de lo que parece a primera vista.

Lanzada en 2006, la sonda espacial interplanetaria New Horizons de la NASA proporcionó a los investigadores una vista sin precedentes del sistema planetario enano de Plutón y Caronte, que se encuentran a una distancia de más de 5.000 millones de kilómetros del Sol.

"Antes de la llegada de New Horizons, las mejores imágenes de Plutón obtenidas por el Hubble solo mostraban una mancha borrosa de luz reflejada", explica Randy Gladstone, científico planetario del Southwest Research Institute (SwRI) de Estados Unidos.

"Además de todas las fascinantes características descubiertas en la superficie de Plutón, el sobrevuelo reveló una característica inusual en Caronte: una sorprendente capa roja centrada en su polo norte", agregó el científico para el portal Science Alert.

El rojo es un color usual en mundos ricos en hierro como el nuestro, o como Marte. Pero en los suburbios helados del sistema solar, es mucho más probable que el rojo indique la presencia de un grupo diverso de compuestos similares al alquitrán llamados tolinas.