El comportamiento se había observado en cacatúas, loros e incluso en algunos tipos de urracas. Sin embargo, nunca antes se había documentado a los patos australianos imitar el habla humana. Un equipo de investigadores de Universidad de Leiden no sólo registró a la especie in fraganti repitiendo groserías, sino que tienen una explicación a su ‘lenguaje florido’. La clave está en sus vocalizaciones reproductivas.