Desde la Cámara Inmobiliaria Argentina afirman que la actividad “cayó al menos un 65 por ciento durante 2012” y que “las escrituras” menguaron “el 35 por ciento”, según datos del Colegio de Escribanos.

Por Continental, Roberto Arévalo, presidente de la Cámara, describió que los comercios “han comenzado a reducir sus costos, desprendiéndose de su personal y hasta, en algunos casos, cerrando las puertas de sus negocios”.

“El golpe económico lo sienten tanto las grandes cadenas como aquellas pequeñas. Las primeras, por el numeroso caudal de empleados que manejan, tuvieron que reducir su staff y hasta, en algunos casos, cerrar sucursales”, relató en Magdalena Tempranísimo. “Sé que muchas inmobiliarias chicas han tenido que cerrar, pero no manejo la cifra exacta; lo que sí puedo asegurar es que todos estamos viviendo una situación complicada”, matizó.

“Los muebles más difíciles son los usados, porque los compradores están esperando alguna señal frente a la incertidumbre. Pero esa señal brilla por su ausencia. Los dueños se niegan a vender las propiedades en pesos y en la actualidad son muy pocos quienes pueden invertir en moneda extranjera. Situación que no enfrentan los inmuebles a estrenar, que en su mayoría hoy se compran en pesos tomando un dólar inmobiliario, promedio entre el oficial y el paralelo”, describió.

“Si bien las transacciones sufrieron una baja notable, los alquileres parecen mantenerse y les dan una mínima esperanza a los agentes inmobiliarios. Es que muchos de los que habían invertido en ladrillo y tenían esos inmuebles en venta hoy se volcaron por ponerlos en renta. Nos encontramos con mucha oferta, pero con una demanda sostenida, lo que ha hecho que no aumenten tanto los precios de los alquileres; están estables en cuanto al valor nominal”, concluyó Arévalo.