El conflicto entre el Gobierno de la Ciudad y los estudiantes porteños está cerca de alcanzar cuatro semanas de protestas. Durante la marcha de ayer con las autoridades del ministerio de Educación, los alumnos nucleados en la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB) recibieron una respuesta "parcial" a su reclamo de participación en la reforma curricular de los planes de estudios, por lo que hoy evaluarán si continuarán con las tomas de los edificios la semana próxima.

Días atrás, los estudiantes dieron señales de apertura al diálogo, suspendiendo la marcha programada el jueves con la expectativa que la reunión en el ministerio de Educación fuera fructífera. Sin embargo, el titular de la cartera, Esteban Bullrich, mantuvo la posición de no recibirlos en tanto mantengan la ocupación de los colegios.

En la convocatoria tampoco se respondió a dos demandas centrales para los alumnos: la suspensión de la aplicación de los programas curriculares piloto que se implementaran en cinco escuelas, y la garantía de jornadas de discusión resolutivas donde participe el alumnado.

Por otro parte, los estudiantes mantienen sus sospechas con respecto a las promesas que ofrecieron los funcionarios. En las convocatorias anteriores encabezadas por la jueza Elena Liberatori, Bullrich aseguró nueve encuentros mensuales. Ayer a la mañana, durante la audiencia en la Asesoría Titular de la Ciudad, desde el ministerio confirmaron que los estudiantes participarán de las discusiones, dejando un compromiso por escrito, aunque el caracter resolutivo de estas vela por su ausencia. Por lo pronto, autoridades y representantes de la CEB se reunirán el martes a las 12 del mediodía.

El largo conflicto produjo un importante desgaste entre las filas de los estudiantes agrupados, produciendo divisiones. Los más activos se distribuyen entre agrupaciones independientes, de izquierda, y kirchneristas. Estas diferencias programáticas, sumadas a la presión de los no agrupados, generan marchas y contramarchas en las decisiones y en los balances.

Entre las demandas elevadas, los alumnos solicitan que se garanticen las 90 orientaciones vigentes y que se supriman las 200 horas de prácticas en pasantías no pagas en los colegios técnicos.

La protesta surgió el 17 de septiembre pasado, cuando los estudiantes comenzaron a tomar escuelas secundarias en rechazo de una reforma curricular, cuyo objetivo es compatibilizar los contenidos a los lineamientos generales emitidos por el Consejo Federal de Educación en el año 2009.