El presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss, ha expresado su preocupación ante los planes del presidente electo, Javier Milei, de paralizar las obras públicas con financiamiento del Estado nacional. Según Weiss, esta medida ya está teniendo un impacto en el sector, con empresas emitiendo telegramas de despidos y manifestando su reticencia a ejecutar nuevas obras si no se les garantiza el pago.

Weiss señaló que la paralización de unas 3500 obras con fondos nacionales podría resultar en la pérdida de empleos para alrededor de 300 mil personas que trabajan en el sector. Además, advirtió que muchas empresas podrían enfrentar dificultades financieras significativas si las obras se detienen.

En cuanto al nuevo enfoque propuesto por el gobierno entrante, que busca que el sector privado asuma un rol más relevante en la inversión en obras públicas, Weiss expresó dudas sobre su viabilidad, argumentando que las obras públicas no suelen ser lo suficientemente rentables para atraer la inversión privada de manera amplia.

Por su parte, Javier Milei ha reiterado su postura de que el Estado debe honrar sus compromisos financieros, incluyendo el pago de deudas, y ha enfatizado la necesidad de ajustar las partidas del Estado, incluyendo la obra pública, en un contexto de déficit fiscal significativo.

Milei ha propuesto que las obras públicas sean llevadas a cabo por el sector privado a través de licitaciones, argumentando que si nadie está dispuesto a realizar una obra, eso indicaría que carece de sentido económico.

Estas declaraciones reflejan el debate en torno a la gestión de la obra pública en Argentina y las implicancias que podrían tener los cambios propuestos por el próximo gobierno en este ámbito.