El documento, sin embargo, parece llamado a convertirse en un pasaporte sanitario que franqueará el paso a las personas vacunadas y les permitirá desplazarse por la UE sin necesidad de someterse a restricciones.

Según el proyecto de la CE es considerado fundamental para la reapertura del turismo el próximo verano y sólo se tendrán en cuenta las vacunas autorizadas por la Agencia Europea del Medicamento (BioNTech/Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen) .

De todos modos los países podrán decidir y tendrán la libertad si aceptan otros fármacos, como el ruso Spuntnik V o el chino Sinopharm. A pesar de todo, hay algunos críticos que señalan que la vacunación no es obligatoria y aún no está accesible para toda la población de la UE, que de media sólo ha vacunado de momento al 4% de sus ciudadanos con las dos dosis necesarias.

Además, considera que no existe total certeza aún sobre cuánto tiempo dura la protección o hasta qué punto evita la transmisión del virus. Ursula von der Leyen, Presidente de la Comisión Europea ha expresado esta semana que el objetivo europeo sigue siendo tener vacunada al 70% de la población adulta para finales de verano, pese a los retrasos de AstraZeneca, que en el tercer trimestre no enviará los 180 millones de dosis comprometidos, sino 70 millones.

La propuesta de este pasaporte COVID llega en vísperas de una cumbre de líderes comunitarios, entre hoy y mañana, que abordará precisamente la vacunación.