La situación epidemiológica en la región, es un verdadero desastre. En Brasil, ayer, el presidente Jair Bolsonaro lanzó un mensaje al país por cadena nacional, informando sobre las vacunas que llegan al país y las medidas a tomar, y la respuesta social fue un masivo cacerolazo en todas las principales ciudadades del país.

Es que fue un día aciago. Por primera vez superó los 3 mil muertos en un día, los centros asistenciales están desbordados o ocupados al 100%. La cepa conocida como la mutación de Manaos, está haciendo estragos y se sospecha sobre la eficiencia de las vacunas con estas nuevas modalidades.

Por otro lado, Paraguay también esta alcanzando su peores números en materia de enfermos y ocupación de camas de terapia intensiva y avanza hacia un confinamiento preventivo para intentar detener el avance del virus.

En Chile, que es ejemplo mundial en materia de vacunación, han tenido que encerrar al 70% de su población de todas maneras, para evitar un desborde de la enfermedad. Y Uruguay ha tomado medidas como eliminar la obligatoriedad de asistir a clases y cierto cierre de fronteras, por el mismo desborde.

Todas nuestras fronteras con esos países (con la excepción de Chile), son "porosas" de tránsito habitual y constante. Algunas, consisten en un boulevard de tránsito vehicular. Nuestro país, por ahora, avanza mucho más lento que los vecinos hacia un nuevo pico, pero todo puede acelerarse si la vacunación no avanza o se toman medidas para evitar el tránsito fluído con estos países.