En un discurso plagado de delirios místicos, el gobernador de Chaco, Jorge "Coqui" Capitanich, pronunció palabras de Jesús, y rechazó a los fariseos que los critican por comer con los pecadores. Además, llamó a buscar a las ovejas descarriadas.

Imbuído en la espiritualidad, Coqui identificó con pecadores a aquellos que piensan dirente, y llamó a sus partidarios a buscarlos y traerlos a rebaño.