Atacar lo que los especialistas denominan "restricción externa", un problema recurrente de la economía argentina en los últimos sesenta años que involucra la disponibilidad de divisas para sostener al sector industrial será una de las prioridades del nuevo equipo económico, que en los hechos pasó a comandar el tándem Jorge Capitanich -Axel Kicillof.

Por lo que el Gobierno anunció hasta el momento, para lograrlo eludirá anunciar un único "paquete" de medidas, sino que irá sumando instrumentos, que algunos suenan más ortodoxos y otros más cercanos a la habitual heterodoxia oficial.

Recorte de subsidios, acuerdos de precios, mayores impuestos a bienes suntuarios, como el que se proyecta para los autos, motos, aviones y embarcaciones de lujo; un plan de obras públicas; medidas para contrarrestar la pérdida de competitividad de la economía argentina y un ajuste cambiario que se juzga imprescindible. Ése es el menú que están analizando en el Gobierno para avanzar en los próximos días.

Así surge de las declaraciones del jefe de Gabinete, quien por un lado habló de darle más coherencia a las políticas monetaria, cambiaria y fiscal, lo que podría incluir recortes en el gasto público, pero también ratificó elementos como los "acuerdos de precios".

Al mirar el lado del gasto público, los funcionarios ya pusieron sobre la mesa una política que el Gobierno había comenzado a implementar en 2011 pero que luego revirtió: la quita de subsidios a las tarifas de servicios públicos en la región metropolitana.

La idea de "cuidar las reservas" ya quedó plasmada, aunque sea en los gestos, en dos acciones impulsadas por el nuevo Gabinete: el aumento sustancial de los impuestos para los autos de lujo, yates y aviones; al igual que más controles a la compra de productos del exterior por Internet.

También habrá que notar que se aceleró la devaluación, con una suba de la cotización del dólar oficial.

La incógnita es si habrá o no un salto más brusco en el valor de la divisa norteamericana en el marco de la "flotación administrada" que ratificó el jefe de Gabinete.

El otro elemento que el Gobierno mira con atención es el de la combinación de precios y salarios para el año próximo y por eso reeditó las mesas de negociación con sindicalistas y empresarios.

Entre algunas de las "200 metas" que, según dijo, anunciará el jefe de Gabinete también está la creación de 300 mil puestos de trabajo para 2014 y 2015, así como un aumento de las exportaciones.

Allí empezará también a tallar la cuestión de la "competitividad": los empresarios esperan que esto venga de la mano de beneficios para el sector que podrían ser impositivos, aunque también crediticios.

En el discurso que ofreció cuando regresó a la Casa Rosada, la presidenta Cristina Kirchner habló de algunas de sus preocupaciones, que ahora sí pasan por la "restricción externa", lo que involucra la falta de divisas.

"Ha pasado en otros momentos históricos de reindustrialización o de industrialización del país que luego teníamos estrangulamientos en el sector externo porque no teníamos un desarrollo industrial de suficiente entramado que nos obligaba a seguir importando y nos acogotaba por el sector externo", advirtió.

Y tras señalar que el Gobierno terminó "con aquello que fue el peso histórico de la deuda", llamó a superar una nueva "barrera", que implica desarrollar el sector industrial.

El otro plano que tocó Cristina fue la posibilidad de realizar asociaciones con el capital extranjero "sin anteojeras": de alguna manera reeditar acuerdos como los que ya alcanzó YPF con la norteamericana Chevron.

Ahí también aparece el cierre del frente externo que tiene la Argentina: por un lado, la disputa con los fondos buitre, pero también la relación con el FMI, que ya dio un guiño al nuevo índice de precios nacional que el INDEC pondría en marcha al comenzar el año próximo.


Fuente NA.