La organización Transparencia Internacional evaluó el desempeño del país a nivel político y por segundo año el puntaje fue muy bajo, demostrando un alto grado de corrupción, según el índice de Percepción de la Corrupción.

El informe analizó a 180 países del mundo, y en los datos publicados esta mañana, Argentina sumó tan solo 38 de 100 puntos, y se ubica a la par de naciones como Brasil, mientras que Chile y Uruguay son los mejor puntuados de Sudamérica. 

A pesar de haber tenido un puntaje similar al informe anterior, el país subió del puesto 96° al 94°, y esto lo ubica al mismo nivel que Marruecos, Etiopía y Moldavia. “Lamentablemente se sigue percibiendo a Argentina como un país con un alto nivel de corrupción y esto se relaciona con el bajo interés de los gobiernos. Si se sigue insistiendo con las mismas prácticas y normativas no van a existir cambios en materia de transparencia y anticorrupción”, dijo Pablo Secchi, director ejecutivo del Poder Ciudadano, y agregó que “No se han llevado adelante políticas innovadoras en materia de lucha contra la corrupción. El tema no está dentro de la agenda pública del gobierno”.

El año en el que la Vicepresidenta Cristina Kirchner fue condenada por corrupción por la obra pública en Santa Cruz, desde la Oficina Anticorrupción (OA) se envió a la Casa de Gobierno un proyecto para reformar de manera completa la Ley de Ética Pública y a su vez se modifiquen la ley de compras y contrataciones, la cual fue sancionada hace 20 años y lleva varios meses de consenso entre organizaciones de la sociedad civil. La renuncia del titula de esta oficina, Félix Crous, extiende la deuda del futuro de esta planificación en conjunto.

“Argentina vuelve a ser aplazada en la lucha anticorrupción, en un marco de estancamiento, anomia y luchas internas de poder. Es el crudo testimonio de otro año perdido. Fracaso completado con la reciente salida de Félix Crous como titular de la Oficina Anticorrupción, institución que en la práctica depende del propio poder al que debe controlar y reduce su accionar a meras recomendaciones”, expresó Marcelo Bermolen, Director del Observatorio de Calidad Institucional de la Universidad Austral

“Si bien algunas prácticas han mejorado la transparencia, como por ejemplo en el Ministerio de Obra Pública, o las normativas de acceso a la información pública, aún estamos lejos de un impacto relevante en el sistema de integridad”, dijo Secchi, en relación a los avances de la agenda de la OA como las políticas de integridad en el Ministerio de Obras Públicas y el Mapa de Inversiones y el Registro de Integridad y Transparencia para Empresas y Entidades.

“Un aspecto preocupante ha sido el enfrentamiento constante entre el Gobierno y la justicia que terminó con el pedido de juicio político”, remarcaron desde Poder Ciudadano, justo cuando el Senado comienza a tratar el juicio político a los jueces de la Corte Suprema.

El mejor desempeño del país fue en el año 2019, en el último año de la gestión de Mauricio Macri, cuando la Argentina quedó en el puesto 66, casi 30 lugares más arriba de las recientemente publicadas. El peor registro fue en 2015, cuando obtuvo 32 de 100 puntos, y quedó en el puesto 107 sobre 168 países.

“El estancamiento y retroceso de la lucha anticorrupción en la región coincide con un marcado deterioro de las instituciones democráticas, el ataque a la independencia de los jueces y el cuestionamiento a la prensa y en especial al periodismo de investigación. La impunidad de los corruptos sólo aumenta la inestabilidad política y la falta de confianza de la ciudadanía que termina por tolerar la corrupción como si no estuvieran en juego sus propios derechos y libertades. América Latina -con la excepción de Uruguay, Chile y Costa Rica- está inmersa en ese circulo vicioso. Es indispensable revertir la trayectoria”, remarcó la abogada argentina Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparencia Internacional.