El Papa Francisco fue entrevistado por The Associated Press y tocó los temas que atraviesa la economía de su país natal y criticó fuertemente la “Mala administración, malas políticas”, además de mencionar las leyes que criminalizan la homosexualidad.

“Hay una historia teológico-cultural, que dice que los ángeles custodios de los países se fueron a quejar a Dios y le dijeron ‘fuiste injusto con nosotros porque a cada uno nos diste un riqueza, minería, agricultura, ganadería, y a los argentinos les diste todo, todo, tienen todas las riquezas’. Dicen que Dios pensó un poco, y dijo: ‘Para equilibrar les di a los argentinos’. Que no se enojen, es un chiste, yo soy argentino, pero algo de verdad hay, no terminamos de llevar adelante nuestras cosas”, bromeó Francisco.

Luego dijo: “Argentina en este momento, y no hago política, leo los datos, tiene un nivel de inflación impresionante”, luego le preguntaron si tenía planificada alguna visita al país, “Por el momento, no. Estuvo programado en 2017, Chile, Argentina y Uruguay. Noviembre, ¿qué pasó? Bachellet terminaba y yo quería ir estando Michelle. Lo pasamos a diciembre, pero caer en enero a Argentina uno no encuentra ni al perro en la calle, es como el agosto romano. Si recuerda, hicimos Chile y Perú, y después ya no se reprogramó más”, respondió el Jefe de la Iglesia.

En relación a la homosexualidad, el sumo Pontífice reconoció que en la institución católica en algunas partes del mundo todavía se apoyan las leyes que condenan y discriminan a la comunidad LGTBQ, pero él consideró que “ser homosexual no es un delito”, agregando que “También el obispo tiene un proceso de conversión” y animó a mostrar “ternura, por favor, ternura, como la tiene Dios con cada uno de nosotros”.

Francisco continuó: “Somos todos hijos de Dios y Dios nos quiere como estamos y con la fuerza que luchamos cada uno por nuestra dignidad”, al hacer referencia de que los homosexuales deben ser recibidos y respetados, lejos de la marginalidad y discriminación.

Las Naciones Unidas continúa su campaña de despenalización de la homosexualidad en cientos de países de todo el mundo, debido a que estas leyes violan los derechos de privacidad y la libertad de los habitantes de estos territorios sin importar su orientación sexual o identidad de género. 

En la extensa entrevista explicó: “El ser homosexual no es un delito”, dijo. “No es un delito. Sí, pero es pecado. Bueno, primero distingamos pecado por delito. Pero también es pecado la falta de caridad con el prójimo”, marcando su acercamiento a la comunidad LGTBQ como característica de su papado.