Argentina jugó un partido extraordinario desde lo táctico, contuvo a Brasil, prácticamente lo anuló y le ganó en el Maracaná para consagrarse campeón de América por primera vez desde 1993.

Con figuras de un nivel superlativo como Gonzalo Montiel, Cuti Romero, un Rodrigo De Paul exhuberante, magistral, y un Ángel Di María imparable, endemoniado, Argentina logró por fin consagrarse.

Fue un primer tiempo trabado en la mitad de la cancha, en el que ninguno de los dos tuvo llegadas, Argentina se puso en ventaja con un pase profundo de De Paul y una definición exquisita de Ángel Di María y se fue al vestuario ganando 1 a 0 sobre Brasil.

En el segundo Brasil se vino y Argentina se refugió, pero la canarinha merodeó, se acercó, anduvo por ahí, pero llegó solamente dos veces, un tiro de Paqueta que brillantemente tapó el Dibu Martinez, el mejor arquero de la mejor liga del mundo y protagonista de la definición por penales que catapultó a Argentina a la final.

Hubo una más, un tiro a quemarropa de Gabigol que entró en el segundo tiempo, que Dibu pudo sacar sobre el travesaño.

Argentina tuvo una, Massi comandó una contra, la entregó a un De Paul que no se puede parar de repetir el partido brillante que hizo y Rodrigo lo dejó a Messi totalmente solo con el arquero, con tiempo y perfilado para la zurda. Leo se cayó.

Y después a seguir aguantando, hasta que el árbitro pitó el final. Los abrazos, las lágrimas y el logro, merecido, trabajado, de equipo y no de figuras. Argentina se consagró por ser equipo.