El ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, compareció ante la prensa en medio de la situación de conflicto que se vive en Ramos Mejía, en medio de una ola delictiva que tuvo como episodio más lamentable el asesinato del kiosquero Roberto Sabo.

"La inseguridad sucede en todos los lugares del mundo, en algunos más y en otros menos", aseguró el ex Jefe de Gabinete, en respuesta a dichos de Sergio Berni que había asegurado que es "una enfermedad endémica", es decir, propia de la provincia de Buenos Aires.

Además, si bien dio datos concretos, les restó importancia: "Si miramos estadísticas son otras cosas, cuando uno revisa las estadísticas son nada, estamos hablando de una vida humana truncada por nada; no se pueden explicar muchas cosas cuando estamos trabajando en algo tan delicado y cuidadoso, y sin solución".

Fernández intentó desmentir que el país atraviese una situación de inseguridad crítica. "En Argentina el homicidio doloso no debe superar el 6,5% o el 7%, en la ciudad de Buenos Aires, está entre el 4% y el 4,5%, mientras que Miami tiene 15%, San Pablo 24%, Washington tiene 30%″, sostuvo.

Por otra parte, el ministro aseguró que en el caso particular de La Matanza, existe una diálogo desde hace más de 20 días para "buscar objetivos y tratar de cumplir de la mejor manera, analizando la mejor forma de estar presentes” y afirmó que se enviaron 500 efectivos de gendarmería.

Respecto de la represión policial del lunes por la noche, en la que vecinos que reclamaban justicia por el homicidio de Sabo fueron atacados insólitamente con gases lacrimógenos, entre otras cosas, Fernández sostuvo no estar de acuerdo. "Nunca voy a estar del lado de la represión, estuve cuatro años en la fuerza y me fui sin un herido, sin un muerto. No tenemos mano dura ni mano blanda, no le vamos a pegar a la gente ni tirarle escopetazos”