En el marco del debate que tiene lugar en todo el territorio nacional tras la expropiación de YPF, el matutino Tiempo Argentino publicó este fin de semana la existencia de un contacto entre la compañía que en los últimos años administró en su mayoría Repsol con el ex jefe de gabinete como presunto consultor de la compañía.

“Es una información tergiversada y capciosa. Yo ayer era un lobista en Repsol y hoy tengo un contrato de asesor en YPF”, lamentó Fernández.

“La diferencia entre un lobista y un consultor externo es enorme”, agregó el ex funcionario kirchnerista.

Un lobista trabaja para conseguir cosas para la compañía por la que es contratado. “Si YPF me contrata de lobista iba a mal puerto porque es notorio que mi relación con el gobierno no es la mejor, eso es público y notorio”, dijo.

“Yo fui consultado por cuestiones de coyuntura, de contexto económico y no por cuestiones específicas de la empresa”, remarcó el ex jefe de ministros del gobierno de los Kirchner.

“Lo único que dije es que esto debió hacerse de otro modo porque puede dar lugar a planteos que nos terminen perjudicando”, señaló sobre la nacionalización de las acciones que poseía la empresa española.

“Yo nunca defendí los intereses de Repsol, ni de Eskenazi ni de YPF”, remarcó Alberto Fernández.

“Si la prensa encuentran alguna opinión favorable hacia YPF, me la muestran”, señaló.

“Nunca perdí mi libertad de criterio por un sueldo”, advirtió Fernández, quien recordó que durante los 5 años que ofició de jefe de gabinete cerró su estudio de abogados y luego Néstor Kirchner “me dio una mano” para trabajar como consultor.

“Nunca volví a aceptar otra contratación del Estado, desde que me fui. Hoy YPF es un monstruo espantoso pero hasta hace un año era la empresa más grande felicitada por la presidenta. Pido salir un poco de la locura que plantea el gobierno”, subrayó Fernández.

“Estoy seguro que el gobierno no tolera que le marquen errores”, agregó.

“Me parece tenebroso que Boudou siga tocando la guitarra", dijo en referencia al proceso judicial iniciado contra el vicepresidente por su presunta participación en tráfico de influencias para saval la gráfica más grande del país. "Me pregunto si mi delito fue tener un contrato con una de las empresas más grandes de la Argentina…uno no piensa según quién le pague. ¿Se supone que tengo que informar con quién trabajo para saber cuál es mi influencia?”, enfatizó Alberto Fernández.