La Argentina, para elecciones presidenciales, funciona como un distrito único. Hasta la reforma constitucional del 1994 había Colegio Electoral. A partir de ese momento, un voto en Buenos Aires vale lo mismo que en Tierra de Fuego o en Jujuy.

No ocurre lo mismo para elecciones a diputados donde sí hay distorsiones, hace falta más votos en los distritos con más habitantes. Para las presidenciales, los candidatos tienen que juntar votos, no importa de donde vengan. Por esta razón, en cada elección se libera la disputa por conquistar las distintas regiones del país.