Actriz, guionista y directora, pone en juego todo su potencial actoral en cada uno de los personajes que interpreta y el público agradece. Jorgelina Aruzzi definitivamente exuda pasión por la profesión.

Si bien la fama no está en su lista de prioridades, agradece la popularidad que la acercó al público con la interpretación de cada una de sus criaturas de ficción. Saluda, sonríe y se predispone a la entrevista sin esquivar ningún tema porque hablando se entiende la gente. Inteligente, creativa, simpática y empática, va por la vida disfrutando intensamente de cada minuto. “Tengo 49 años y disfruto de la vida minuto a minuto”, define con un gesto amable y se entusiasma al escuchar la crítica de Alejandra Canosa, quien quedó fascinada con su trabajo actoral, luego de ver “Animal Humano”. El nuevo unipersonal, en donde brilla una vez más y que por localidades agotadas, agregará la última función del año el 6 de diciembre en el Teatro Astros, está basado en un hecho real.

Jorgelina compartió la creatividad del guión con Guillermo Cacace, quien además dirige la obra. “Escribir es una manera de reciclar los sentimientos y ver las cosas. En este caso, escribir el guión surgió a partir de un caso real y de temas que a mí particularmente me movilizan como el maltrato humano y animal. El texto me lleva a la acción, lo disfruto, tengo cuentos escritos y alguna que otra novela incompleta; por ahora, escribir para teatro es lo que me representa. Todo tiene que ver con una ideología que se va renovando con las cosas que me pasan. La comedia y el drama están unidos, nunca hay un chiste suelto, siempre pienso en hacer reír para pensar. El humor te abre la cabeza, hay una frase que dice que el humor es el escote del cerebro. La reflexión en el arte es casi todo”, sostiene con absoluta convicción acerca del texto inteligente, reflexivo y con mucho humor que la pone en la piel de una mujer que está atravesando un momento muy triste de su vida. La protagonista de la obra se replantea mil cosas y vive en carne propia la cancelación de sus vecinos. Hay que verla porque la puesta no tiene desperdicio y el público estalla de risa al mismo tiempo que se conmueve. El drama y el humor brillan potenciados para una actriz todoterreno que es ovacionada de pie.

Mientras toma un sorbo de café, Jorgelina le hace una seña al mozo, al mismo tiempo que saluda a la gente que entra al bar y la reconoce. Se acomoda para la charla y cuenta que “fue un año muy intenso y éste último tramo lo es más aún porque falta muy poco para estrenar “El Beso”, la comedia que protagonizará junto a Luciano Castro, Mercedes Funes y Luciano Cáceres. Con dirección de Nelson Valente y producción de Javier Faroni, la marquesina de la obra ya está lista para la temporada de verano en el Teatro Lido, de Mar del Plata, y con la que debutarán el 28 de diciembre, para sumarse a los festejos por los 150 años de La Feliz.

“La verdad es que mis compañeros son geniales, compartir cartel con actores con los que ya había trabajado, como Luciano Castro, con quien fuimos pareja de ficción en el primero de nosotros y lo pasamos genial, con un elencazo increíble en el que también estaba Mercedes, que además es mi amiga. A Luciano Cáceres lo estoy conociendo en los ensayos, arriba del escenario, y entre todos nos divertimos y nos reímos mucho. Es una bendición trabajar con ellos, y si hay buena onda favorece el producto”.

"No pierdo el tiempo con amistades o relaciones que ya no me aportan ni me representan"

“El Beso” es una comedia muy divertida que plantea la historia de cuatro amigos y la posibilidad de cambiar de pareja. Un beso es la antesala del amor y también de su consecuencia. Son muchos los interrogatorios que propone la obra: ¿Puede un beso indicar que dejaste de amar a alguien? ¿Puede un beso indicar que estás frente al amor de tu vida?

A lo que Jorgelina plantea: “¿Cuánto influye la culpa en el fracaso de una pareja? ¿Qué repetimos? ¿Por qué en el formato pareja siempre hay algo que hace ruido, quién de los dos la está pifiando? En esta comedia hay un intercambio de parejas y eso es lo más divertido para actuar porque habla de nuestras neurosis y de cómo de encaramos el amor”.

-Creo que hemos evolucionado en las distintas formas de amar, hoy somos más libres y la frase “los declaro marido y mujer” que escuchamos mil veces, ya no va más. Yo soy de las que creen que la pareja va, mientras el amor dure… ¿Coincidís?

-Absolutamente, los vínculos de pareja están muy cuestionados justamente por lo que vos decías: el “hasta que la muerte nos separe” ya no va más, atrasa. Hay diferentes maneras de amar y cada pareja es un universo diferente. Con las amigas nos relacionamos de otra manera porque no hay reclamo. En cambio, con una pareja, muchas veces se complica porque se ponen muchas expectativas en el otro. Yo estuve 18 años en pareja y felizmente tuve una hija. Hoy, estoy sola e intento no esperar nada ni aferrarme a otra persona porque eso aparece y tiene que fluir naturalmente. Uno percibe cuando una relación se termina porque el cuerpo habla y hay que prestarle atención a eso. Cuando el vínculo se desgasta difícilmente se pueda retomar la relación.

-¿La falta de diálogo es una de las trabas más recurrentes?

-Sí, totalmente, el diálogo es fundamental; plantearle tus necesidades al otro, si alguno de los dos quiere abrir la pareja, por ejemplo, hay que plantearlo. Tener buen diálogo puede salvar a la pareja, al menos del aburrimiento y del desamor. Pero también es cierto que cuando no hay atracción, y todo te molesta, no hay vuelta atrás. Todos vamos viviendo distintas etapas en la vida y siendo más selectivos. El autoconocimiento también suma a la hora de compartir la vida con alguien para poder modificar el contrato minuto a minuto. Cuando vivís en pareja y compartís gastos y bienes, quizás es más difícil dar el volantazo, pero si las cosas están claras de entrada, se puede negociar si vivir juntos o cada cual en su casa.

"No pierdo el tiempo con amistades o relaciones que ya no me aportan ni me representan"

A los 49 años, la actriz que brilló en “El hombre de tu vida”, junto a Guillermo Francella, y en ficciones como “Educando a Nina”, “100 días para enamorarse”, por citar algunas y que disfrutó del fenómeno teatral de Casados con Hijos, es de las que dice y hace lo que piensa, sin dar demasiadas explicaciones “porque mi tiempo no se negocia. No pierdo el tiempo con amistades o relaciones que ya no me aportan ni me representan. Trato de viajar cuando puedo y compartir momentos con Ámbar, mi hija, o con amigas. La sensación que me produce la presencia de los que quiero, es increíble. Estar conectada con el presente no es tarea sencilla y a veces siento que se escurre el tiempo, pero lo intento tanto como manejar los miedos, cuidar mi cuerpo. A esta edad, tenés conciencia de lo finito que es todo. En mi caso tengo un back up y el otro día leí algo que decía que cuando llegás a viejo, sos la persona que deberías haber sido. Hay una frase de Pablo Picasso que me representa: “Me llevó mucho tiempo llegar a ser joven”, y me encanta”.

-¿Cómo es el vínculo con tu hija adolescente?

-Tenemos un vínculo divino, ella es muy independiente y eso me da mucho orgullo, es muy amiguera y eso me encanta. Tiene catorce años, está haciendo la secundaria y si bien no se lleva ninguna materia a diciembre, está buena la filosofía de pasarla bien y distraerse. Hoy, los jóvenes tienen otra manera de ver las cosas, aunque el prejuicio siempre está.

-Se nota que le das mucho valor a la amista, ¿no?

-Mis amigas son mi apoyo, nos divertimos mucho juntas, planeamos cosas, viajamos cuando podemos, mi profesión me dio amigas hermosas y me encanta relacionarme con colegas porque me identifico mucho. Quizás el objetivo de una pareja en este momento está un poco más borroso y por eso tengo puesto el foco en mis vínculos de amistad. Si una amiga te cancela un encuentro, no pasa nada. Pero si lo hace tu pareja te genera irritación y esa creo que es la bocha que hay que cambiar.

-¿Te sentís una mujer empoderada?

-En realidad trabajo permanentemente para empoderarme, pensá que todos y todas fuimos criados con un machismo recalcitrante, entonces trabajo para acompañar y aprender del feminismo. Todos estamos aprendiendo a ser diferentes y somos consecuencia de una educación muy machista, entonces hay días en los que me siento empoderada y otros, muy frágil como todas. Es cuestión de ir modificando hábitos, cambiar la cabeza y sentirse valioso.

-¿Qué elegís a la hora de ver ficción?

-Tengo mis momentos; hay veces que me engancho a ver muchas series y otras que estoy más colgada en casa escribiendo, escuchando música o leyendo. Tuve épocas de ver maratones de series, después pasó la novedad y busqué en el afuera otras alternativas. Reconozco que me gusta mucho pasar tiempo sola, estar conmigo, conectarme con eso.

-¿Hay un lugar de tu casa que elijas para desconectar?

-Vivo en planta baja y tengo un pequeño jardín divino, con muchas plantas… ese es mi lugar favorito.

-¿Cuáles son los temas que te preocupan?

-Me preocupa mucho la pérdida de derechos, la vuelta al pasado, la falta de memoria y la violencia en general. Creo que es hora de educar por la paz y ya no tiene que ver con los partidos políticos sino con cómo nos enfrentamos al mundo. Hay que trabajar por la no violencia y dejar de asumir actos o palabras aberrantes como cotidianas. La violencia es lo que más miedo me da.

-¿Cómo es tu relación con el dinero? ¿Sos buena administradora?

-Soy muy mala administradora y como muchas veces elijo estar algunos períodos en casa sin trabajar, porque elijo los proyectos o porque no se da que me ofrezcan un proyecto que me encante, voy y vengo con los ahorros. Pero la verdad es que el dinero me permite tener mi casa, viajar y mal no me va. No soy fan de la guita ni elijo un proyecto porque hay mucho dinero si no me convence. Para mí, es mucho más valioso el tiempo que paso haciendo las cosas que me gustan. No tengo idea de finanzas y jamás intenté comprar Bitcoins. No entiendo nada.

-¿Con quién y dónde te sentarías a conversar sin prisa y sin pausa?

-Yo extraño mucho a Mariana Briski (actriz que falleció luego de atravesar un cáncer de mama, del que no se pudo recuperar), que fue una gran amiga. Pienso mucho en ella cuando estoy por estrenar un espectáculo o cuando tengo que salir al escenario en un teatro muy grande y me da miedo. Tengo con ella una autoconversación interesante y me encantaría poder sentarme en una playita tranquila rodeada de naturaleza.