Es un artista todo terreno: mago, músico, comediante, standupero e influencer y si bien todos lo conocen por “Soy Rada”, se llama Agustín Aristarán. Amigable, creativo y talentoso, nació en Bahía Blanca, pero siempre supo que en Buenos Aires lo esperaba un futuro extraordinario. Claro que después anduvo de recorrida con sus espectáculos unipersonales fuera y dentro del país y hasta el día de hoy nunca paró.

Hoy es un domingo muy especial para él porque es la última función de “Matilda, el musical”, el éxito arrollador de calle Corrientes, donde despliega todo su histrionismo en la piel de “Tronchatoro”, la directora mala y déspota del musical dirigido por Ariel Del Mastro y Marcelo Caballero, que agotó localidades en el teatro Gran Rex.

"Mirar a mi hija en el ensamble me hace llorar en casi todas las funciones"

“Matilda es un acontecimiento hermoso, una belleza. Haber sido parte de un éxito tan grande me pone muy feliz y me llena de orgullo. Estoy muy atravesado por Matilda y al mismo tiempo muy agradecido por haber convertido un sueño en realidad”, expresa el actor apenas arranca la charla con Alejandra Canosa, una hora antes de empezar con la intensa sesión de maquillaje que el personaje demanda.

-Es una genialidad interpretar tremendo personaje. ¿Desde dónde construiste un personaje tan alejado a vos, porque “Tronchatoro” es una directora temible, déspota y una mala malísima?

-Sí, la verdad es que es una genialidad haber tenido la posibilidad de interpretar a una mujer tan mala. La construí desde el grotesco y la caricatura y con la ayuda enorme de los directores. La Señorita Tronchatoro es un personaje déspota y malo, como bien decís, pero al mismo tiempo muy gracioso y absurdo. Por eso, se potencia y se resalta esa crueldad que la distingue.

-¿Cuánto tiempo te lleva la transformación?

-Aproximadamente una hora y media, entre el maquillaje, la máscara que va pegada a mi cara y que hay que adherir a la piel con un sellador, más la peluca, el gordo -que es la ropa que agranda mi cuerpo dándole volumen-, y arriba de todo eso el vestuario. Hay un equipo de trabajo increíble y por eso se disfruta tanto.

-¿Imagino que hay cosas que te bancás y otras deben ser incómodas, no?

-Me lo banco porque me encanta y la recompensa es enorme. Quizás lo que menos me banco es que como soy muy ansioso e inquieto, tengo que estar quieto noventa minutos y sólo puedo mirar el celular cada tanto. También es cierto que el vestuario me da mucho calor y transpiro mucho.

-En el musical trabajan Fernanda Metilli, quien interpreta a la Señorita Wormwood, la madre de Matilda, y Bianca Aristarán, tu hija adolescente quien debuta en teatro. ¿Sueño cumplido?

-Trabajar en familia me súper atraviesa y es un sueño cumplido. Lo soñé y lo busqué como todo lo que me ha sucedido hasta ahora. Si bien trabajamos mucho juntos, con Fer, es la primera vez que compartimos un proyecto teatral. Estamos felices, todo es muy mágico. Mirar, entre escena y escena, a mi hija en el ensamble me hace llorar en casi todas las funciones.

-¿Cuál fue la sensación que te generó la ovación de grandes y chicos en cada función?

-Sentí una sensación de alegría y agradecimiento extremo. Es muy potente lo que pasa arriba y abajo del escenario, entre bambalinas, con todo el equipo, una cosa de locos. Hoy se va a hacer difícil porque es la última función. Lo vamos a extrañar mucho.

-¿No hay posibilidad de agregar algunas fechas más?

-No, es irrevocable por una cantidad de compromisos que tenemos todos y porque se pactaron cerca de ochenta funciones y está bien terminar las obras exitosas en el punto máximo porque así lo decidieron los productores.

"Mirar a mi hija en el ensamble me hace llorar en casi todas las funciones"

Agustín es además productor y director, tiene un canal de Youtube que va en ascenso, y su cuenta de Instagram alcanza 1,7 millones de seguidores. Y como no se priva de nada, en 2018 y gracias a Netflix, llegó a 190 países con su especial “Agustín Aristarán: Soy Rada” y en 2021 hizo lo propio con “Soy Rada: Serendipia”.

-Te acaban de nominar con “Revuelto” como Mejor Espectáculo de Humor para los premios ACE, y ya habías ganado un premio Estrella de Mar. Tengo entendido que fue la despedida para ese show. ¿Qué se viene?

-Sí, terminamos la temporada y se viene lo nuevo, un espectáculo se va a llamar “Truco” y lo voy a estrenar el 8 de diciembre en el Teatro Opera.

-¿Tanto hay que esperar?

-Jaja, si porque en septiembre arranco con una gira extensa por Europa como la que hice el año pasado. En principio largamos en Madrid, Barcelona, Bilbao, Dublín, Londres, Mallorca, Málaga, Alicante, Valencia y San Sebastián.

-Dejemos el trabajo por unos minutos y contame cómo es compartir la vida con Fernanda, tu mujer, una comediante extraordinaria.

-Podría decir mil cosas: es una bella mujer, bondadosa, inteligente y la admiro mucho. El amor que siento por ella es inexplicable, puedo decir con orgullo que es el amor de mi vida.

-¿Viven juntos o en casas separadas?

-Estamos mucho tiempo juntos, pero cada uno tiene su espacio. Lo bueno de vivir en casas separadas es que al ser ella bastante desordenada, no me afecta porque yo soy todo lo contrario.

"Mirar a mi hija en el ensamble me hace llorar en casi todas las funciones"

Mientras se escucha desde algún lugar del teatro que es hora de maquillarse, Rada agradece la nota y responde la última pregunta con la mejor de las ondas.

-¿Con quién te hubiera gustado tomar ese café pendiente?

-Me hubiese encantado tomar un café con el Flaco (Luis Alberto) Spinetta. ¡Hubiera sido espectacular! Con el resto, lo hago seguido, los tengo ahí nomás.