El reciente incidente sobre la falla de seguridad que expuso las fotografías de los votantes habilitados el padrón electoral puso la mirada sobre el manejo de datos personales que tiene el Estado sobre los argentinos. Este incidente reveló gran parte de las imágenes registradas durante la tramitación del nuevo DNI, una gestión que impulsó una serie de iniciativas para llevar a cabo diversas tareas preventivas en materia de seguridad.

Conocido como Sibios, el Sistema Federal de Identificación Biométrica para la Seguridad es una base de datos centralizada que almacena en un único lugar todos los recursos necesarios para la identificación de una persona, basados en los registros digitalizados de las huellas dactilares y las fotografías de los ciudadanos. Fue anunciado en noviembre de 2011 por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

La meta principal del sistema de identificación biométrica es la identificación y registración digital de toda la población, utilizando diversos canales de recolección de datos. Uno de ellos es la renovación del documento nacional de identidad, un trámite que está asociado junto a la gestión del pasaporte, que aporta tanto el retrato fotográfico como la huella en formato digital. A su vez, este procedimiento se complementa con los controles que realiza Migraciones con sus dispositivos electrónicos, que a fines de 2012 contabilizó más de 8 millones de registros entre los ingresos y egresos de la Argentina.

Sibios también cuenta con el aporte de las huellas dactilares tomadas por la Policía Federal Argentina, que desarrolló su propia plataforma, el Sistema Automatizado de Identificación de Huellas Digitales (AFIS), considerado un antecesor del Sibios. Complementado con la base de datos del Registro Nacional de las Personas, el sistema del Ministerio de Seguridad aspira a ofrecer respuestas en tiempo real sobre la identificación de una persona, sea desde una consulta realizada de forma remota por un oficial de tránsito o desde una cámara de seguridad.