Autoridades de la ONU y de Brasil comenzaron hoy los preparativos de la conferencia internacional sobre cambio climático que se celebrará el año entrante en Río de Janeiro y cuyos organizadores pretenden que sirva para unir la causa ecologista y la del desarrollo. El impulso de una "economía verde", que se desprenda de la "agenda del desarrollo", es el mayor desafío de la futura cita de Río, dijo el director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), Achim Steiner, al participar en la primera mesa redonda preparatoria.

La conferencia, que se celebrará en junio de 2012, fue bautizada Río+20 porque coincidirá con el vigésimo aniversario de la primera reunión de alto nivel de Naciones Unidas sobre medio ambiente, o Cumbre de la Tierra, que tuvo lugar en la ciudad brasileña en 1992. Steiner abogó para que la conferencia de Río de Janeiro sea "más que una fiesta de cumpleaños" y confió en la posibilidad de lograr acuerdos vinculantes.

"Existe un creciente sentimiento global de que el futuro de la seguridad alimentaria y la estabilidad del sistema financiero global dependen de que podamos evitar el colapso del medio ambiente", prosiguió. El funcionario de la ONU dijo que "uno de los motivos" que invitan a creer en el éxito de la Río+20 es el hecho de que el anfitrión sea Brasil, un líder mundial en energías renovables, que cuenta con "una de las legislaciones más progresistas en el área de medio ambiente del mundo".

No en vano, avisó de que la conferencia será un "desafío" para las Naciones Unidas y pidió el compromiso del sector privado, al que llamó a "asumir su responsabilidad" en la reducción de gases contaminantes. El canciller brasileño, Antonio Patriota, coincidió en el análisis y señaló que las políticas sostenibles pueden ser un instrumento útil para erradicar la pobreza.