El Niño Josele se presentará este fin de semana en Buenos Aires, Rosario y Córdoba.
Se trata de la nueva gran figura del flamenco, aunque él aún no se ubique en tamaño lugar. “La gente dice muchas cosas, yo lo que quiero es estudiar”, remarcó con modestia, al ser consultado sobre la positiva opinión de la gente sobre su trabajo.

“Vivo en las afueras de Madrid, el centro siempre me ha agobiado mucho”, contó.

“Me gusta mucho la música, es lo que intento hacer y vivir del instrumento”.

El Flamenco, patrimonio de la humanidad. “Me sorprendió mucho, es una gran alegría para mi”, sostuvo el artista.

Se hace y se nace. “Al flamenco lo vi de pequeñito; en mi casa todo el mundo canta y baila. Mi padre, mi tío y mi abuelo tocaban la guitarra. Mi padre me decía que no podía darme estudio pero me legó su guitarra. Me dio la gran herramienta y también el sufrimiento más grande que hay porque la guitarra es la cosa más esclava y tenés que seguir aprendiendo hasta tus últimos días”, señaló.

“Para un instrumento, cuantas más horas le eches es mejor. También es bueno escuchar mucha música”, afirmó.

“Escucho a Montoya, Sabica y luego al gran maestro que es Paco De Lucía. También escucho clásico desde muy chico. Otro maestro es Bebo Valdés”, dijo el guitarrista en Bravo.Continental.

“El conservatorio es muy importante para enseñarte la historia de la música, pero lo importante es la calle. Uno se hace tocando arriba del escenario”, remarcó Josele, que trabajó con grandes músicos como Remedios Amaya, el Cigala, Joan Manuel Serrat, Lenny Kravitz y Elton John.

“Si me fusiono, siempre trato de llevarla a mi forma de hacer el flamenco, respetando los otros sonidos”, afirmó.

El Tango. “Yo le agradezco muchísimo a mi amigo Andrés Calamaro, porque él me acercó al tango. La fuerza que tiene el tango es increíble”, destacó el artista flamenco.