El acto de inauguración de Google I/O, que duró más de tres horas, tampoco se vio esta vez aligerado por acciones espectaculares, como ocurrió el año pasado, cuando un grupo de paracaidistas transmitió en una pantalla gigante en directo en videostream lo que veían en su caída desde el tejado del centro de conferencias para presentar el prototipo de las gafas Google Glass.

Pero la Google I/O 2013 tampoco pasará a la historia de la técnica como un fracaso, sino todo lo contrario. Con una perspectiva adecuada, la conferencia podría considerarse el momento en que se reinventó la búsqueda en internet.

Para la mayoría de los usuarios de la red, la búsqueda en Google es sinónimo de introducir un concepto en una sencilla casilla de búsqueda. Pero esto pasará a la historia.

En el futuro, serán cada vez más frecuentes las búsquedas orales, también en la computadora de escritorio. La orden "Okay Google" abrirá el oído virtual y después el usuario podrá realizar una búsqueda con una pregunta oral, como si estuviéramos preguntando algo a otra persona, al modo de: "¿Qué tiempo hace hoy en Madrid?". Google entenderá también si después se pregunta: "¿Y en Barcelona?", aunque en la frase no aparezca la palabra "tiempo".

El ejecutivo de Google Amit Singhal ve en un futuro cercano "el fin de las búsquedas tal y como ustedes las conocen". Por un lado, por el tesoro de conocimiento que entretanto se ha acumulado en los servidores de Google y que hace más eficientes tecnologías como "Google Knowledge Graph".

Por otro, por un componente "social", ya que el consorcio estadounidense lo sabe casi todo sobre las preferencias de sus usuarios, al menos cuando éstos están dispuestos a compartirlas con la empresa. Y eso hace que en el futuro dejará de existir una única búsqueda universal en internet para tener a disposición incontables resultados distintos que se adaptarán continuamente a las preferencias del usuario.

Esta dimensión "social" será aplicada por Google en casi todos sus productos. Por ejemplo, los nuevos mapas de Google a los que tiene acceso un amante del arte serán diferentes a los de un adicto a las compras: en el primer caso mostrarán galerías y museos en el plano, mientras que en el segundo destacarán las boutiques y centros comerciales, por poner un ejemplo.

Para los usuarios de Google ello significará que los servicios del gigante de internet en caso de duda serán aún más prácticos de lo que lo son hoy. Pero al mismo tiempo tendrán que tener presente lo dependientes que se hacen de una única empresa y tampoco perder de vista qué valiosos datos confían a la firma.

Esos temores podrían ser también la base de que el jefe de Google Larry Page hablara al final de la cuestión de los miedos que las nuevas tecnologías, como Google Glass, pueden desencadenar en la gente.

Page reconoció que el proceso de enormes y rápidos cambios puede poner a la gente en una situación incómoda. "En la tecnología deberíamos tener algunos lugares seguros en los que pudiéramos probar nuevas cosas y descubrir el efecto que tienen en la sociedad y en las personas. Y no deberíamos vernos obligados a desplegar esas novedades en todo el mundo".