Hace tres meses, Brisa Ailín Petillo debió festejar su séptimo cumpleaños en el buffet del Hospital de Pediatría Garrahan, porque el 28 de febrero había quedado allí internada, a la espera de un trasplante de corazón. Este miércoles, seis meses después de la internación, la niña fue trasplantada y ayer por la noche transitaba con éxito las cruciales primeras 48 horas.

“El 5 de septiembre, cuando nos despertaron a las 4:40 para avisar que había un posible donante, se transformó en el nuevo día de cumpleaños de mi hija”, dijo Miriam Osuna por Continental.

Los inconvenientes en la salud de Brisa comenzaron en enero de este año. Según contó su mamá, “se agarró un virus, que derivó en una miocardiopatía dilatada, o sea, un corazón demasiado grande”. Decidieron ir al Garrahan porque “es una eminencia”, y desde que quedó internada ahí, la niña no volvió a ver la calle.

Vivía gracias a un corazón artificial, bombeado por un sistema que se cambia cada tres meses. En pocos días le tocaba el segundo cambio, siempre a la espera de un órgano que le permitiera avanzar con su vida fuera del hospital. Mientras tanto, asistió a clases en la escuela del Garrahan y realizó gimnasia en las instalaciones pediátricas, relató Miriam en Magdalena Tempranísimo.