En Salta, a dos años del alud, al menos cinco niños de comunidades aborígenes murieron por desnutrición en las últimas tres semanas.

La última víctima fue un bebé de once meses que vivía en la misión wichí Sacha Pera, a dos kilómetros de Tartagal.

Por Continental, Osvaldo Trigal, delegado gremial de la Asociación de Profesionales de la Salud de Salta aclaró que “la desnutrición está estancada en la región desde hace años” (por no decir siglos).

Trigal, quien es además pediatra en el hospital local, informó que “en la zona faltan médicos y cloacas, pero sobre todo educación”.

Sin embargo, aclaró que, “en este momento, hay un brote de diarrea del que no sabemos bien cuál es el origen y que suceden todos los años para esta época”, con lo que sembró alguna duda sobre la verdadera causa de las muertes.

En Magdalena Tempranísimo, enfatizó, no obstante, que “el tema de la desnutrición de la zona podríamos llamarlo como endémico”.

Remarcó que “son muertes evitables. Muchas se evitarían con cloacas, con buena nutrición, con un nivel de alarma, es decir educación. Es un todo lo que sucede en esta zona”.

“No tengo idea de qué comen, creo que no comen”, aventuró.

Ejemplificó que “a mí me han tocado casos en que el chico estaba parasitado, me lo trajeron porque no comía, y al tiempo me lo trajeron porque comía pasto y ladrillo porque no tenían qué comer”.

Trigal aclaró que la desnutrición infantil no es exclusiva de las comunidades aborígenes, aunque “se nota más en ellas. Nosotros tenemos siete etnias en zona”, precisó.

“Nosotros somos un hospital de referencia, somos diez pediatras” con “grandes carencias en el equipo de salud”, alertó. Frente a esto, la respuesta del Gobierno de Juan Manuel Urtubey es que “falta presupuesto. No se olvide de que, hace dos años, tuvimos un aluvión, y dengue, y hubo una corrida masiva, médicos y psicólogos que vinieron de todos lados y nos ayudaron y se fueron, y seguimos igual. Lo que realmente cambia una situación nunca llegó”, concluyó Trigal.