Lo que se conoce como el Período azul de Pablo Picasso abarca cuatro años de su vida, entre1901 y 1904. Fue, sin dudas, un desfile de obras monumentales, que marcaron su estilo, y también una época del arte contemporáneo. Se llama así, como resulta lógico, por el predominio de esa tonalidad en sus cuadros y pinturas.

 
En ellas, se observan las miserias humanas y de cierto "compromiso social" -como se llamaría en la actualidad-, con trabajadores extenuados, mendigos, alcohólicos y prostitutas, representados con cuerpos y formas ligeramente alargadas, recordando, en parte, el estilo de Doménikos Theotokópoulos, más conocido como El Greco.
 
Sin embargo, una obra característica de esta época de Picasso, pareciera no ser tan azul. Al menos en su génesis. La habitación azul - de la Colección Phillips- fue sometida a rayos infrarrojos y mostró que bajo la pintura superficial hay un "fantasma".
 
Se trata de un cuadro oculto, colocado en perpendicular a la pintura conocida. El personaje retratado tiene barba, una amplia frente, la cabeza levemente inclinada a su derecha, apoyada en su mano, que luce tres grandes anillos. También lleva un elegante moño.