(Por Esteban Jacyna)

San Martín no solo encabezó las tropas libertadoras sino que además durante los años previos, planificó con meticulosidad cada detalle de la gesta. ¿Como soportar el clima, la geografía, la altura de los andes? ¿Con que elementos contaba entonces? Aun hoy el sendero sanjuanino atraviesa una de las zonas más aisladas de la cordillera.

El clima

a rigurosidad del clima en la alta montaña limitaba al verano como el único período en el cual el cruce era viable. Antes de enero y después de marzo ya se producen nevadas que cierran los pasos.

Para soportar las inclemencias, que aún en la temporada más benévola presenta registros térmicos que pueden provocar hasta la muerte, San Martín mandó a equipar a las tropas con los mejores elementos disponibles por entonces.

La ropa

Ponchos y botas: San Martín mandó a fabricar unos ponchos que incorporó al uniforme que servían tanto para combatir el frío como para usar como mantas al dormir a la intemperie.
Con las botas también se tuvo una especial atención, porque según sus propias palabras el abrigo de los pies era fundamental ya que por las extremidades se podía perder mucha temperatura.

Uno de los riesgos era el frío que pudiera sorprender a los hombres que se dormitaban en las guardias o a aquellos que dormían descuidándose del abrigo imprescindible.

Alimentos

Vacas. Las tropas libertadoras movilizaron centenares de reses que fueron distribuidas estratégicamente para ser faenadas durante el camino.

Charque. La carne salada y secada al sol se cargaba en barriles. Con esto se preparaban los guisos Valdivianos. Era una sopa espesa formada por la mezcla de charque, grasa, agua caliente y ají. Esto tornaba imprescindible que hubiera suficiente leña para los fogones en los lugares donde se asentaran los campamentos. La leña no es un elemento común en la alta montaña. En algunos casos las tropas la transportaban para las cocinas de campaña.

Cebolla. para los animales y los hombres y servia para combatir el “mal de la altura” (apunamiento o soroche). Este mal provoca cefaleas, nauseas, trastornos del sueño y debilidad) aparece a partir de los 1.500 metros con aumento del ritmo cardíaco y respiratorio. La deshidratación es otro riesgo latente.

Vino y agua ardiente. Para combatir el frío y levantar el ánimo de la tropa, las mulas transportaban toneles con estas bebidas.

VER FOTOGALERIA EL CLIMA: PRIMER DESAFÍO.