Muchas mujeres podrían jurar en público que el tamaño no tiene nada que ver: dirán que “no importa la varita sino la habilidad del mago” o calmarán la pena de haberse topado con un portador de pene pequeño con frases de autocomplacencia del tipo “más vale chiquitita y juguetona que grande y tontona”. Pero si bien las mujeres tienen claro que una buena sexualidad no depende del centímetro, la que dice que el tamaño no importa nada de nada de nada, sabemos, miente. Y justamente buscando esquivar las mentiras de las mujeres, un equipo de investigadores australianos ideó un método para estudiar si el tamaño del pene hace o no hace a la cuestión. La respuesta la saben todos, especialmente los hombres que llegan traumados a los consultorios de los sexólogos y terminan haciendo terapia sexológica para trabajar “la aceptación de su pene”.

El equipo de especialistas en “Evolución y Elecciones Sexuales” de la Universidad de Ottawa partió de una observación. Los estudios que habían analizado la importancia del tamaño del pene tenían un problema de base: “Como el tamaño del pene es un tema muy delicado, resultaba difícil determinar si las mujeres mentían o se engañaban a sí mismas en sus respuestas” dijo el principal autor, Brian Mautz.

Por eso decidieron estudiarlo de un modo que permitiera evitar las barreras culturales. Pidieron a un grupo de mujeres que observaran 53 imágenes computarizadas de hombres en tamaño natural: con un rostro indefinido y sin ropa, de distintas alturas, contexturas físicas y con distintos tamaños de penes. No les dijeron de qué se trataba el estudio y sólo les pidieron que eligieran a los más atractivos. Y así encontraron que elegían a los más altos, corpulentos y con penes más grandes. Los resultados fueron publicados en la reconocida revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences .

Sandra Magirena, ginecóloga y sexóloga del Hospital Álvarez recoge el guante y opina: “Mi respuesta está dividida en dos. Como sexóloga debo decir que la importancia del tamaño del pene es menor o nula y que lo importante es el desarrollo erótico integral: la capacidad de expansión de todas las formas que la sexualidad y la genitalidad ofrecen. Y que un varón que se siente sólido y seguro en su condición sexual tiene la misma posibilidad de disfrute si tiene un pene pequeño o si tiene uno grande”.

Sin embargo, reconoce, “como mujer debo aclarar que eso no rige en la dinámica sexual. En este sentido, el tamaño del pene afecta de manera positiva o negativa la excitación y el goce en ambos”.

Ni tan tan ni muy muy: “La satisfacción sexual depende de muchas variables –agrega la sexóloga Adriana Arias–: en algunos casos el tamaño puede ser importante: por ejemplo, un pene pequeño puede generar insatisfacción en la mujer con solo verlo. O lo contrario: un pene muy grande puede impresionarla y hacerle pensar de antemano que la penetración puede ser dolorosa y esto generar tanto estrés que atente contra el deseo”.

Magirena elimina mitos: dice que la estimulación del clítoris no necesita de un gran pene y que no es cierto que “cuanto más se interne en nuestro canal vaginal sintamos más”. Sin embargo, también dice, “no podemos negar que la tendencia erótica femenina nos lleva a considerar más varón, más macho y más potente a aquél que ostenta un órgano sexual considerable”, explica.

Y aunque sepamos que biológicamente el tamaño no importa, culturalmente parece que sí. El problema es que creer que alguien es más macho porque tiene los genitales más grandes es un pensamiento tan machista y tan elemental que admitirlo a viva voz da un poco de vergüenza


Fuente: Clarín