El peor terremoto en 140 años de la historia de Japón generó la evacuación masiva de los habitantes que viven en zonas inundables de localidades costeras en Chile, en forma preventiva.

El ministro del interior chileno, Rodrigo Hinzpeter, afirmó que se “preparan para lo peor, porque la situación es compleja”, al tiempo que solicitó calma para coordinar las tareas de la mejor manera.

Las localidades de Puerto Williams, Punta Arenas y Puerto Montt, se esperan grandes olas que podrían llegar en las próximas horas.

“Al margen del movimiento sísmico, si su epicentro está en el mar se puede producir un tsunami. Japón es un país muy chico y costero por lo que es prácticamente imposible tomar otro tipo de recaudo, salvo algún tipo de alarma”, explicó el biólogo marino Ricardo Bastía.

“Los sistemas de alerta de tsunami vienen a posteriori de los movimientos sísmicos”, advirtió el especialista.

“El epicentro fue muy cercano, es una onda de energía que puede atravesar el agua en 700 o 800 kilómetros por hora. Un movimiento sísmico submarino puede significar cientos o miles de bombas atómicas. Son las fuerzas de la naturaleza”, dijo Bastía en La Vuelta.

“La ola no se desplaza, lo que se desplaza es la energía”, dijo.

“En un tsunami la energía está distribuida de la misma forma de abajo hasta la superficie; es como un muro que avanza”, señaló.

Flora y fauna. El tsunami “destruye todo lo que encuentra a su paso; altera todas las comunidades. De todas formas, la naturaleza tiene un propio mecanismo para reconstruir todo eso.

“Lo interesante de todo esto es que la corteza terrestre no es uniforme, son placas tectónicas, como un rompecabezas que se desliza o flota sobre el magma”, dijo.

Bastía remarcó que el calentamiento global “no tiene nada que ver” con estos fenómenos.