Uno de los temas que la presidenta anunció que enviará al Congreso, como prioritario, es la ley de adopción.

En Argentina, hay quienes aspiran a obtener un niño en forma legal y son sometidos a plazos muy largos para acceder a esta posibilidad. Pero también existen una suerte de ‘atajos’ que rozan la ilegalidad.

“Hay personas que juegan con el derecho de los pibes a vivir en una familia cuando no la tienen y también usufructuando con el anhelo de tener un hijo por parte de quienes no pudieron”, resaltó la directora nacional de Promoción y Protección Integral de la Niñez, Marisa Graham.

En la Vuelta, la profesional precisó que “los chicos bajo algún tipo de guarda en Argentina son difíciles de contabilizar pero a mediados de este año publicaremos el número exacto”.

“Hay un problema a resolver con respecto a los tiempos: saber qué quieren adoptar. La mayoría anhela siempre un bebé. Pero es importante ampliar ese margen porque también pueden ser felices con un niño de dos o tres años”, señaló Graham.

En otro orden, se refirió a cuándo un niño está preparado para ser dado en adopción. Explicó que esto lleva un trabajo por parte de las autoridades del Estado.

Existe un registro único nacional en el que se pretende unificar a todos los postulantes que deseen adoptar un menor. Hasta ahora, sólo están inscriptas diez provincias. “Misiones está pronta a adherirse, no así Santiago del Estero”, remarcó.

“Los casos que tienen los juzgados de la ciudad de Buenos Aires son de chicos nacidos en los hospitales porteños”, señaló Graham y agregó que “los controles hospitalarios –en tal sentido- son cuestiones para debatir otra ley”.

Acuerdos preexistentes. “Apareció otro atajo que es la negociación directa. Pero tampoco lo es tanto…hay casos puntuales -de película- pero también existen algunos intermediarios que están al margen de la ley, porque las personas no pueden ser compradas ni vendidas. Lo establece la Constitución Nacional”.

“La intención de cualquier reforma que modifique la ley de adopción tiene que ver con resguardar los derechos de los chicos y evitar ir por la ‘colectora’”, explicó.