Miguel Funes denunció que, tras llamar "atorrante" al gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, y reclamarle "trabajo y salud" durante la procesión religiosa del Cristo de La Quebrada, fue detenido, amenazado, golpeado y encerrado por varias horas por la policía provincial.

Fue acusado de "disturbios en la vía pública". En el reportaje del hecho difundido por el noticiero del canal provincial Carolina Cable Color se escucha la increpación, aunque Funes no aparece en cámara, y luego Rodríguez Saá dice visiblemente molesto y nervioso: "Está enojado, es la democracia".

Pero, según el relato de Funes, tras su reclamo a Rodríguez Saá, el responsable de la seguridad de la intendenta Alicia Lemme lo "señala con el dedo y aparecen dos muchachos de civil" que le propinaron un "codazo en el pecho" y un empujón. Luego, de acuerdo a su relato, fue "levantado" por la policía, tras lo cual, aseguró, vivió "un verdadero vía crucis". En la plaza del pueblo, aseguró, "seis o siete policías con una furia terrible" lo sacaron del lugar a los golpes y se lo llevaron en un patrullero. En el recorrido lo fueron "amenazando de muerte permanentemente" y lo "torturaron hasta llegar casi a la ruta 3".

Finalmente, fue encerrado en una celda de una comisaría "esposado" con tanta fuerza que se le "acalambraron las manos", afirmó, desde las quince horas hasta las veintiuna treinta del último martes. Funes no descartó presentar una denuncia ante la Justicia por lo ocurrido.