Un joven que hacía sólo un mes había sido declarado reincidente por sus antecedentes penales fue atrapado tras robar un celular, pero luego de considerar sus "dramas personales" y sus "problemas para conseguir trabajo" la Justicia lo condenó a sólo tres meses de prisión, lo liberó y lo obligó a hacer tareas comunitarias. El condenado, de 24 años, deberá cumplir 240 horas de tareas comunitarias en Cáritas a lo largo de 18 meses para tener por cumplida su sentencia.

La decisión fue tomada por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 26 porteño en un juicio abreviado. Los jueces recordaron los antecedentes del ladrón, pero subrayaron entre los atenuantes que no tenía la secundaria completa, un escenario difícil "debido a las exigencias del mercado laboral en la actualidad".

Esto "lo coloca en una situación de desventaja comparativa, lo que se advierte por las dificultades del nombrado para ganarse el sustento, siendo que según manifestó al momento del hecho se encontraba desocupado", se argumentó en el fallo, citado por la agencia DyN.

El protagonista es Matías Ezequiel Vega, alias Ezequiel Daniel Quaranta, nacido en Haedo en mayo de 1990 y cuyo último trabajo fue en un taller de costura, según consta en la resolución judicial.

En marzo de 2009, Vega fue sentenciado a cuatro meses de prisión en suspenso por el TOC N° 21; en septiembre de ese año fue condenado nuevamente por el TOC N° 11 a tres años y medio de cárcel, que, unificados, se convirtieron en tres años y ocho meses.

En diciembre de 2012, Vega salió de prisión, pero este año volvió a tener problemas con la Justicia: en marzo amenazó a un joven que jugaba un partido de fútbol en Parque Chacabuco para robarle una bicicleta; un policía advirtió lo que pasaba, lo persiguió y lo arrestó en Thorne y Santander, cuando el ladrón ya había tratado de deshacerse de lo robado.

Por ese hecho, el 5 de septiembre pasado el TOC N° 27 lo condenó a seis meses de cárcel por robo simple en grado de tentativa, haciendo hincapié -según el fallo al que accedió DyN- en que el joven tenía problemas con las drogas desde los 12 años y que había crecido en una familia "fragmentada" con "padres separados" y habiendo conocido a sólo dos de sus siete hermanos. Igualmente, se lo declaró reincidente.

Apenas un mes y una semana después de aquella sentencia, el 16 de octubre, a las 7.40, en Rivadavia y Bolivia (Flores), Vega y una cómplice empujaron a una mujer que caminaba escuchando música en su celular guardado en un bolsillo de la campera. Le arrancaron el teléfono y salieron corriendo, pero un policía que patrullaba la zona escuchó la alerta y divisó al sospechoso, que huía por la calle Bolivia en dirección a las vías del ferrocarril Sarmiento.

Lo atrapó con el celular de la víctima en su poder, mientras que la cómplice escapó y no pudo ser identificada, según reza el fallo dictado el viernes pasado por el TOC N° 26.

Sobre la base de los hechos, las circunstancias y su rol de reincidente, ese tribunal lo condenó a tres meses de prisión por tentativa de robo simple, tras las consideraciones sobre lo difícil que le resultaba conseguir trabajo en el actual escenario laboral.

En la resolución, los jueces dispusieron que se ordenara la inmediata libertad del condenado y que se sustituyera la pena de cárcel por la obligación de cumplir tareas comunitarias por 240 horas en Cáritas, distribuidas en un plazo que no podrá superar los 18 meses.