En la noche de su cumpleaños 33, Claudio Soria salió a robar un auto en Ituzaingó, tal vez como un regalo a sí mismo. Pero durante el episodio, cuando escapaba de la Policía a una velocidad demencial, terminó chocando contra otros autos y mató a un nene de 11 años.

Hacía dos años que Soria tenía pedido de captura. En diciembre de 2012, la Justicia le había dado una salida transitoria, pero el hombre jamás volvió al penal de Barker, en Tandil, donde cumplía una pena unificada de 12 años de prisión por varios robos en los que fue protagonista.

Ayer a la tarde, cuando Luciano Ramírez agonizaba y finalmente moría en el Hospital Italiano de la Capital, el hombre que lo mató se negó a declarar ante la fiscal Natalia Narmona, de la UFI N° 2 de Ituzaingó.

Otra vez tras las rejas, Soria difícilmente vuelva a salir de prisión durante muchos años, o eso se supone: con la muerte del chico, Narmona recalificará su imputación hoy mismo, lo volverá a citar para su declaración indagatoria, y el ladrón asesino será acusado de robo calificado en poblado y en banda -por lo del auto- y de homicidio criminis causa -por la muerte de Ramírez-, lo que, de ser encontrado culpable, le valdrá una condena a prisión perpetua.

Según informaron fuentes del caso a Clarín, Soria registra una condena del Tribunal Oral Criminal N° 2 de Morón en 2011, con una pena única de 12 años de prisión con reincidencia, por delitos contra la propiedad. Primero, había tenido una condena en 2007 a cinco años de cárcel. Y ésa se unificó con otros dos procesos cerrados cuatro años después. Pero el detenido aprovechó una salida transitoria autorizada por un juez y desapareció del mapa.

"Desde diciembre de 2012 estaba con pedido de captura por el Juzgado de Ejecución N° 2 de Morón. Se le había dado salidas transitorias y no había cumplido en volver", detalló una fuente judicial.