Los policías acusados de haber pedido un soborno millonario al dueño de una financiera allanada por orden del juez federal Norberto Oyarbide denunciaron que su dueño realizó gestiones para frenar el operativo y, en consecuencia, evitar el secuestro de pruebas.

Mediante un escrito presentado ante el juez federal Luis Rodríguez, el subcomisario Fabio Ascona acusó al empresario Guillermo Greppi de intentar frustrar el allanamiento a través de una seria de medidas.

Fue Greppi quien días atrás reconoció que llamó a Carlos Liuzzi, segundo de Carlos Zannini en la Secretaría Legal y Técnica, a raíz de que los policías de la Difoc, según dijo, le habrían pedido una coima de 300 mil dólares para frenar el operativo.

En el escrito, la abogada Valeria Corbacho, defensora de Ascona, presentó una secuencia de imágenes de las cámaras de seguridad en donde señala que un empleado de la financiera Propyme pretendía ir hacia la salida de emergencia con carpetas en la mano cuando comenzó el allanamiento.

La secuencia de imágenes que presentó la abogada muestra al empleado de Propyme con unas carpetas yendo hacia un determinado
lugar y, en simultáneo, cuando los policías de la Difoc ingresan a las oficinas e inician el operativo que se extendería por varias horas.

El empresario Greppi, sin embargo, lo desmiente y asegura que se brindó todo lo requerido por los efectivos policiales.

El allanamiento concluyó tras un llamado de Oyarbide, quien luego reconoció que lo hizo tras recibir la advertencia del funcionario Liuzzi, lo que le valió a ambos denuncias en su contra.