El hallazgo de la vaina servida que salió del arma del financista Mariano Benedit y la confirmación oficial de que el joven atravesaba una "situación financiera comprometida" dejó más cerca a la Justicia de cerrar el caso como suicidio. Así, la causa caratulada como "averiguación de muerte" quedaría a un paso del archivo, porque el suicidio no es delito.

 
Las razones que llevaron al asesor financiero a tomar semejante decisión quedarán reservadas para la intimidad familiar. La hipótesis más fuerte es que Benedit tendría deudas con "varios clientes", aunque los investigadores precisaron que su familia sería ajena a esos negocios, según publicó el diario Tiempo Argentino.
 
En tanto, en las últimas horas un testigo habría asegurado que había visto a Mariano Benedit en el Casino Flotante apostando una fuerte suma de dinero el día que desapareció. Se sabe que el financista retiró de su cuenta bancaria unos 250.000 dólares, y que tenía una deuda superior a los U$S600.0000. Aunque las imágenes aún no lo comprobaron, de ser cierto el testimonio del testigo, el financista podría haberse suicidado luego de perder toda su apuesta en el casino.
 
Al respecto, fuentes policiales indicaron a la agencia DyN que esa posibilidad no fue aún confirmada y que en las cámaras de seguridad de esa casa de juego -ubicada a 15 cuadras de donde se halló el cadáver- no se pudo aún localizar la presencia de la víctima.
 
Mariano Benedit desapareció el martes pasado cuando salió de su casa en la calle Arenales al 1600 de Recoleta. De lo que se pudo reconstruir, el joven pasó por la caja de seguridad de un banco, de donde habría retirado el dinero, y luego se dirigió al microcentro, donde tenía una serie de reuniones.
 
La hermana de la víctima, Dolores Benedit, aseguró que el muchacho llegó a pasar por su oficina de la calle 25 de Mayo al 500 donde "tomó tres mates y se fue". La Justicia también allanó unas oficinas en la calle Esmeralda, que sería una "cueva", donde no se encontraron rastros contables ni informáticos.
 
La familia aseguró desde el comienzo que el muchacho "no tenía problemas con nadie" y descartó la hipótesis del suicidio, máxime teniendo en cuenta que hace dos semanas había sido padre y en las
 
Se sumaron a esas sospechas la comprobación de que estuvo en contacto con el arma que le quitó la vida y que el proyectil que le dio muerte fue disparado por la pistola Bersa calibre 9 milímetros, registrada a nombre de Mariano Benedit, hallada a pocos centímetros de su mano derecha, como si se hubiese caído después de efectuado el disparo suicida.