El juez federal Roberto Falcone, del Tribunal Federal número 1 de La Plata, dialogó con Víctor Hugo en Mar del Plata, su ciudad natal, desde nuestros estudios de Playa Mariano.

En La Mañana, subrayó que "muchos jueces, fiscales y funcionarios judiciales queremos una Justicia democrática, no queremos una Justicia bonapartista, vertical, como si fuéramos las Fuerzas Armadas, de jueces medrosos ante las corporaciones".

Falcone advirtió sobre la existencia de presiones "permanentes" de la prensa para incidir en determinadas decisiones judiciales y afirmó que la principal amenaza que tienen los jueces en su gestión "es la mediática".

Falcone recordó, en sustento de su afirmación, que mientras el Tribunal que integra sustanció la causa del denominado "Circuito Camps" en la que condenó a la pena de prisión perpetua a 15 represores, entre ellos al civil Jaime Smart, ex ministro de gobierno bonaerense durante la última dictadura cívico-militar, sus miembros sufrieron el hostigamiento del diario La Nación.

"Tuvimos una campaña del diario La Nación prácticamente de todo un año con editoriales con cartas de lectores descalificando al Tribunal, contando los hechos de una manera que no era cierta, sobre todo con relación a algunas medidas que se tomaron con (el ex gobernador bonaerense Ibérico) Saint Jean, luego fallecido", señaló.

"Fuimos victimas de amenazas que se hicieron con documentos, que era toda la información que publicaba el diario La Nación tratando de mejorar la situación procesal de Jaime Smart", agregó.

Falcone puntualizó que "todo eso lo hemos tenido que poner en conocimiento de los organismos de protección la Justicia y de los que reclaman la independencia judicial" sin denunciar el verdadero origen de las presiones.

"Hay jueces jurásicos que critican las resoluciones, las decisiones que toman los poderes elegidos mayoritariamente, pero que han aplaudido a rabiar a la dictadura y a (el dictador Jorge Rafael) Videla" y atribuyó esa situación a "una ingenuidad inadmisible".

Falcone consideró que "no puede ser admitida" la ingenuidad de "creer que la policía que derribaba puertas, secuestraba, torturaba y asesinaba y esos jueces que hacían avioncitos con los habeas corpus que presentaban los familiares de desaparecidos, a partir del 10 de diciembre de 1983 se transformarían en jueces de la democracia" y sostuvo que "las consecuencias de "esa ingenuidad, las venimos arrastrando hasta ahora".