Seis agentes de policía de la ciudad de Baltimore, Estados Unidos, fueron suspendidos ayer mientras se investiga la muerte de un detenido afronorteamericano a consecuencia de las heridas sufridas mientras se encontraba detenido. La víctima es el joven Freddie Gray, un afronorteamericano de 25 años que fue detenido el 12 de abril y que, mientras se encontraba bajo custodia policial, sufrió una herida grave en la columna que obligó a hospitalizarlo y lo dejó en estado de coma hasta que el domingo falleció.

La investigación abierta por las autoridades de Baltimore pretende establecer cómo sufrió las heridas Gray y si los agentes intervinieron o no. El jefe de policía de la ciudad, Anthony W. Batts, aseguró en rueda de prensa que durante la detención de Gray uno de los agentes sacó una pistola eléctrica -una de las más conocidas es el taser, que dispara agujas que administran una descarga eléctrica-, pero que no llegó a utilizarla.

La muerte de Gray ocurre en un momento de gran tensión en Estados Unidos entre los distintos cuerpos de policía local y los miembros de la comunidad afro, después de que durante los últimos meses tuvieron lugar varios casos de abuso policial.