Esta madrugada llegaron a Uruguay seis prisioneros de la cárcel de alta seguridad de la Base Naval de Guantánamo que Estados Unidos transfirió al país vecino en el marco de un proyecto del presidente Barack Obama para cerrar de forma definitiva el centro de detención.

El diario New York Times detalló que se trata del grupo más grande de presos que salieron de la cárcel norteamericana en Cuba desde 2009 y los primeros reclusos que han sido trasladados en América del Sur.

Los presos, que llegaron en calidad de refugiados, fueron detenidos como presuntos milicianos vinculados con Al Qaeda, pero nunca los encausaron. Su liberación estaba autorizada desde 2009, pero no podían ser devueltos a sus países de origen y permanecieron en la prisión estadounidense mientras Washington buscaba países dispuestos a aceptarlos.

Despúes de casi un año de negociaciones entre los gobierno de Obama y José Mujica, los cuatro sirios, un palestino y un tunecino arribaron en medio de un estricto operativo de seguridad a la base aérea militar, que está ubicada al lado del aeropuerto de Carrasco. Entre los transferidos está Abu Wa'el Dhiab, un sirio de 43 años que realizó una huelga de hambre de largo plazo en protesta por su confinamiento y quien fue el protagonista de una batalla en los tribunales estadounidenses sobre la alimentación forzada por parte de los militares.

El Pentágono identificó a los otros sirios enviados el sábado a Uruguay como Alí Husain Shaaban, de 32 años; Ahmed Adnan Ajuri, de 37, y Abdelahdi Faraj, de 39. También fue liberado el palestino Mohamed Abdulá Taha Matán, de 35 años, y Adel bin Muhammad El Ouerghi, un tunecino de 49 años.

El Presidente de Uruguay aceptó recibir a los hombres como un gesto humanitario y dijo que recibirán ayuda para establecerse en un país con una pequeña población musulmana. “Estamos muy agradecidos a Uruguay por esta importante acción humanitaria y al presidente Mujica por su fuerte liderazgo al ofrecer un hogar a individuos que no pueden regresar a sus propios países”, dijo Clifford Sloan, enviado del Departamento de Estado.

El proceso de traslado de los detenidos en Guantánamo a Uruguay se había convertido en un tema comentado en la campaña electoral uruguaya, y las autoridades del país sudamericano decidieron posponerlo hasta después de las elecciones presidenciales, ganadas el pasado 30 de noviembre por Tabaré Vázquez.

En marzo, en medio de fuertes polémicas, Mujica explicó que su respuesta al pedido de Estados Unidos fue afirmativa porque él pasó “un montón de años preso” y está “podrido de lo que se habla: derechos humanos es esto”. En marzo de este año, el presidente uruguayo reconoció que él tampoco “hace favores gratis” y que pasará “la boleta”, si bien insistió en que esta medida hay que “hacerla porque sí”.

Obama prometió cerrar la prisión cuando asumió el cargo, pero fue obstaculizado por el Congreso, que vetó enviar a los prisioneros a territorio estadounidense por cualquier motivo, incluso juicios, e impuso restricciones sobre su traslado al extranjero.